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Un plan posible
El Gobierno presentó ayer el cuadro macroeconómico, las grandes cifras que servirán para elaborar los Presupuestos Generales del Estado para este año, con el objetivo de déficit público situado en el 5,8% y una reducción del techo de gasto del 4,7% con respecto a 2011. El proyecto anuncia unos presupuestos ajustados y austeros, pero sobre todo realistas, para permitir que las reformas comiencen a tener efecto y que la economía pueda combatir la crisis con eficacia y comenzar a generar empleo cuanto antes. También ahora el equipo de Rajoy ha seguido la estrategia de decir la verdad, aunque las noticias sean malas. Ajustó sus cifras para todo el ejercicio con la previsión de una fuerte caída de los ingresos públicos, mucho menor de la obtenida en 2011, a pesar de la subida del IRPF y el IBI. Además, se ha tenido en cuenta que el escenario para la economía es peor que el anunciado por la UE y se calcula que el PIB sufrirá una caída del 1,7% y que el paro alcanzará el 24,3% de la población activa, después de una pérdida de 630.000 empleos en este ejercicio.
El objetivo de déficit estimado, el 5,8%, es por supuesto mayor que el 4,4% comprometido por el Gobierno del PSOE con la UE hace un año. Entonces las expectativas económicas eran positivas y se aseguraba que el desequilibrio sería de un 6% cuando, como se sabe, se disparó hasta el 8,51%. Pese a todo, el compromiso del Ejecutivo no ha cambiado y mantiene su previsión de reducción del déficit del 3% en 2013, que es la meta marcada por la UE. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo expuso ayer con rotundidad al explicar que, si este año se va a reducir el déficit en 2,7 puntos a pesar de la fuerte caída del PIB, el próximo año, y con mejores perspectivas económicas, también será posible efectuar un ajuste similar.
El plan del Gobierno se ha presentado el mismo día en el que Mariano Rajoy firmaba en la cumbre de Bruselas el tratado de disciplina fiscal de la UE, por el que se obliga a todos los socios a limitar en el futuro su déficit al 0,5% del PIB, como instrumento básico para prevenir nuevas crisis. Los jefes de Estado y de Gobierno han sido informados previamente por Rajoy de la revisada cifra de déficit y han aceptado las garantías sobre su cumplimiento y la aplicación de las grandes reformas estructurales, aunque la UE esperará todavía a conocer el proyecto presupuestario antes de manifestarse oficialmente.
El Gobierno no ha querido generar falsas expectativas, y su plan retrata una situación económica peor de lo esperado. Augura mayores sacrificios, aunque rechaza subir más los impuestos y aporta en cambio la seguridad de que es posible salir de la crisis y de que merece la pena trabajar todos juntos para lograrlo.
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