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Pensiones
Trabajo y pensiones
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El mensaje de la UE fue esta semana de cal y arena, como siempre, pero al menos quedó claro que nuestras autoridades deben acometer reformas en dos campos: el mercado de trabajo y el sistema de pensiones, algo que ya sabíamos sin necesidad de que ningún burócrata nos lo confirme. Los motivos por los que urgen los cambios en ambos campos son claros y están relacionados. Un pseudomercado laboral que cada vez que el ciclo económico se da la vuelta genera una tasa de paro que duplica la media europea funciona evidentemente pésimo, y lo hace no sólo por el zarandeado modelo productivo sino también por los costes y regulaciones con los que está lastrado por los poderes públicos. Esa tasa de paro presiona sobre la Hacienda, punto a través del cual enlaza con el segundo problema. Las pensiones públicas, sometidas a la doble presión de la demagogia política por un lado y la demografía por otro, pueden convertirse en un peso tal sobre los Presupuestos que, sumado al de la Sanidad y las prestaciones por desempleo, precipiten el tinglado del mal llamado Estado del Bienestar hacia el colapso. Es cierto que el desenlace no es inevitable, en la medida en que la recuperación del crecimiento lo puede empujar hacia delante. Pero ahí está la cuestión, porque volveremos a crecer, sin duda, pero no está claro que lo hagamos en la medida suficiente para alejar el despiporre más allá del horizonte.
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