Buenos Aires

Elecciones en el «narcoestado»

Guatemala va a las urnas en medio de la violencia 

Unos niños guatemaltecos juegan, ayer, al lado del cadáver de un tiroteado
Unos niños guatemaltecos juegan, ayer, al lado del cadáver de un tiroteadolarazon

Guatemala, un país con millones de desnutridos y azotado por la violencia, se suma a la moda de los militares con pasado oscuro y manchas de sangre en sus expedientes que, bien asesorados, se ponen el «traje de Lula» y prometen mayor distribución de la riqueza y mano dura.

«Mano de Hierro» lo llaman muchos guatemaltecos, y un puño es el emblema que identifica a su partido, porque quiere transmitir un mensaje de firmeza y carácter. El general retirado Otto Pérez Molina es el candidato favorito en la elección presidencial del domingo y se perfila como el primer militar en llegar al poder desde 1986, cuando se normalizó la democracia en el país y los militares cedieron el poder. Pérez, de 61 años, tiene más del 40% de la preferencia de los electores, y su más cercano contrincante es el populista Manuel Baldizón, que, postulado por el partido Libertad Democrática Renovadora (Líder), está 20 puntos porcentuales atrás.

Este duelo es fruto de la impugnación de la candidatura de Sandra Torres, que para burlar una norma que prohíbe a familiares del jefe de Estado bregar por la sucesión se divorció del presidente socialdemócrata Álvaro Colom. Por primera vez en la historia del país, no hay candidato oficialista.

Aunque la deuda social es gigantesca, el pánico por la inseguridad y la violencia se adueñó de la campaña. Parte de esa violencia proviene del accionar de los cárteles de la droga, que han tomado el control de vastos territorios de este país, parte de la llamada ruta centroamericana, por donde circula el 90% de la cocaína consumida en EE UU. El cartel de «los Zetas», muchos de ellos paramilitares salidos de las filas de la temible tropa de élite guatemalteca, «los Kaibiles», se han adueñado del país. En su nuevo El Dorado, los cárteles manejan un negocio que, reconoció el presidente Colom días atrás, quintuplica los recursos del país. «Es muy difícil calcular cuánta coca pasa por Guatemala, pero por lo que dice la DEA (agencia antinarcóticos estadounidense), las estimaciones nuestras y las incautaciones serían 240.000 millones de quetzales», 32.000 millones de dólares o cinco presupuestos anuales, dijo el mandatario.

Además, el que gane las elecciones hereda un Estado camino de la bancarrota, en parte responsabilidad también de esos mismos hoy presidenciables, que bloquearon en el Congreso los intentos de Colom de una reforma fiscal. Guatemala, donde la recaudación llega apenas al 10% del PIB y la evasión por parte de empresas y sectores no asalariados es gigantesca, cerrará 2011 con un déficit fiscal del 3% y con un proyecto de presupuesto para 2012 por 7.570 millones de dólares, el más alto en la historia.

Pero mientras el Estado parece en quiebra e incapaz de obtener dinero para auxiliar, por ejemplo, a un millón de niños desnutridos, los principales candidatos gastan en campaña cataratas de dinero, aportadas, según ellos, por empresas, amigas y familiares. Sin embargo, algunas organizaciones denuncian que prácticamente en su totalidad la campaña habría sido financiada por el narco. Favores que el futuro presidente tendrá que devolver.


Récord de criminalidad

Guatemala es un país donde la tasa de homicidios ronda los 50 por cada 100.000 habitantes, más de seis veces la media mundial, superando a Venezuela, México, Afganistán o Irak. Un estado fallido que hace un año abandonó el fiscal español Castresana, enviado por la ONU para poner orden en el país. El magistrado tiró la toalla y dijo en su despedida: «Siento que ya no puedo hacer más por Guatemala».