Gonzalo Miró: tabletas de chocolate (blanco) en Formentera

Que Gonzalo Miró estuviera ayer en Formentera y hoy en Ibiza no es noticia; que esté de «gorrón» en el barco de unos amigos, tampoco; que le acompañe su novia, Ana Isabel Medinabeitia, previsible... Lo que cuesta entender es por qué Gonzalo Miró –de profesión, sus labores– luzca a estas alturas del verano ese tono de piel «blanco nuclear» cual galán salido de «Crepúsculo». Miró tiene una palidez reflectante que obliga a ponerse gafas de sol por aquello de sufrir un desgarro de córnea en el intento. De ahí que sus legendarias tabletas de chocolate –que tan bien esconde en invierno y que ya exhibía en su época de amor con Eugenia Martínez de Irujo– nos impacten un poquito menos, sólo un poquito, porque hay que reconocer que el chico tiene un tipazo. Lo que sigue es coger color para no desentonar con el prometedor moreno de su novia, que apunta maneras.