Andalucía

Un Gobierno listo para el cambio

La indiscreción de varios ministros dio al traste con los planes de que la remodelación se acometiese en julio.

Un Gobierno listo para el cambio
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«¿La de hoy es la última Ejecutiva Federal?», preguntó Zapatero el pasado lunes al término del cónclave de Ferraz. «Sí, presidente», le respondieron algunos miembros de la dirección federal. Pensativo e irónico, el número uno del PSOE, cuentan algunos socialistas, respondió: «Ah, bueno, pero como esto es una prerrogativa del secretario general, ya veré si convocamos o no otra más». Esta anécdota, que reproducen en términos muy similares varios miembros del «aparato» socialista, unida al Consejo de Ministros que Zapatero tiene previsto celebrar en torno al próximo día 20, más el anuncio de que tendrá audiencia con el Rey el 27, más la decisión del presidente de no tomar vacaciones este año, vuelven a disparar los rumores sobre una posible crisis de Gobierno que algunos sitúan en el final de agosto y otros en la primera semana de septiembre. El objetivo sería empezar el curso tomando la iniciativa, con bríos y caras nuevas con las que poder recuperar la confianza perdida.Las pistas de los ministrosSi es cierto o no, sólo el presidente se encargará de confirmarlo. Pero de lo que no hay duda es que algunos ministros han dado en las últimas semanas muestras y pistas al adversario de estar en franca retirada. Comentarios en reuniones bilaterales, insinuaciones en negociaciones políticas y chanzas con sus respectivos equipos… Celestino Corbacho (Trabajo) es uno de ellos, pero también Beatriz Corredor (Vivienda), Cristina Garmendia (Ciencia y Tecnología) y Ángeles González-Sinde (Cultura). Del primero se cuenta que él mismo dice que la reforma laboral es su último trabajo antes de regresar a Cataluña. De la última ha sorprendido que contara a los medios de comunicación que pensaba pasar prácticamente todo agosto en la playa, después de que Moncloa diese instrucciones a los ministerios para que se olvidaran de las vacaciones, se mantuvieran en los despachos y, si tomaban tres o cuatro días de descanso, estuvieran localizables. La situación de «interinidad» de algunos ministros es cada vez más evidente. Alguno, incluso, pensó que en agosto ya estaría fuera del Consejo de Ministros. Pero la «ansiedad» de destacados miembros del Gobierno, que participaron activamente en «conspiraciones» y «filtraciones» –con las que creyeron presionar de algún modo a Zapatero para que acelerara algunos cambios en el Ejecutivo– dio al traste con el calendario que, presuntamente, el «jefe» tenía en mente para llevar a cabo los cambios en el mes de julio, acabada la Presidencia española de la UE, resuelto el Debate sobre el Estado de la Nación y ya en marcha las principales reformas impulsadas por el Ejecutivo. Quinielas e intoxicacionesEl enfado de Zapatero con la actitud de algunos de los ministros que no pararon de enredar durante semanas supuso, cuentan destacados miembros del PSOE, la «primera gran crisis de confianza entre el presidente y su ministro de Fomento», quien, según algunas versiones, amenazó incluso «con marcharse a su casa». Y es que la mayoría de las quinielas que aparecieron esos días en la prensa, las intoxicaciones y los calendarios se atribuyeron sobre todo a José Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, con participación también de Manuel Chaves. Los cuatro, pero sobre todo los tres primeros, maniobraron de forma descarada tanto para garantizarse un puesto de peso en el diseño del nuevo Gabinete como para apartar a Leire Pajín de la secretaría de Organización del PSOE insinuando que volvía al Gobierno. Buscaban el estado de opinión perfecto para poner en marcha la remodelación. El jefe se enteró, y cortó por lo sano, sobre todo porque no le gustó en absoluto la ofensiva contra la número tres del PSOE. Reunió a su plana mayor en la reunión ordinaria de «maitines» de los lunes y les hizo saber que, de momento, no haría cambios. Desde entonces, cada vez que se la ha preguntado sobre el asunto, el presidente ha dicho que no tiene pensado hacer una crisis de Gobierno. Lo mismo que dijo, por cierto, antes de partir hacia Turquía en la Semana Santa de 2009 pese a que ya había hablado con algunos de los nuevos ministros entrantes. Una indiscreción de Chaves en Andalucía destapó entonces aquél pastel, que obligó a muchos a suspender las vacaciones de invierno. El caso es que los «agitadores» de aquella maniobra de junio contra Pajín han dado un paso atrás por temor a un nuevo enfado del presidente, que «ya tiene localizados» –sostienen algunos ministros– a los «incontinentes verbales» de su núcleo duro.Mejor en septiembre El caso es que con los rumores también vuelven las quinielas, que prácticamente son las mismas de junio: que habrá reducción del número de vicepresidencias y de ministerios; que la remodelación será amplia, que afectará prácticamente a la mitad del Gabinete; que bajas seguras serán Corbacho, Garmendia, Corredor y Sinde… ,Todo son rumores, ya se sabe, y estos alcanzan a todos lo ministros y vicepresidentes porque todas las sugerencias son interesadas de alguna parte. Por ejemplo tienen nombres y apellidos quienes un día dan a De la Vega fuera y otro dentro; quienes ven a Salgado prescindible y quienes sitúan a Blanco en una vicepresidencia y a Rubalcaba en otra además de en la portavocía. Rumores, rumores, rumores, rumores… porque los cercanos a Zapatero advierten que no ven en él ningún atisbo que indique cambios próximos y que, de haberlos, el sentido común indica que sean más entrado septiembre –a su regreso del viaje oficial a Japón– para resolver de golpe la remodelación del Gabinete y las candidaturas de Madrid y Cataluña. Sin embargo, hay quien apunta que la decisión se tomará en función de cómo evolucionen este mes de agosto las primeras negociaciones para los próximos Presupuestos: «Si ve que el camino está despejado y los apoyos garantizados, será el momento del cambio de Gobierno», apuesta un alto dirigente del PSOE.