Tampa
Victoria final: España gana el «caso Odyssey»
La batalla ha sido larga, dura y lenta y no ha estado exenta de problemas para España, pero finalmente, el litigio que el Gobierno español mantenía con la empresa «cazatesoros» Odyssey Marine Exploration (OME) por la propiedad de un imponente tesoro de medio millón de monedas hallado en el fondo marino, y cuyos restos pertenecen a la embarcación «Nuestra Señora de las Mercedes» (lo que se confirmó el 8 de mayo de 2008) se resolvió ayer a favor de España. Ahora deberá ser un tribunal de Florida el que, después de recibir la notificación oficial de la corte de Atlanta –que se puede demorar cerca de una semana–, establezca los plazos de entrega que debería ser en los diez días siguientes a la recepción de esa comunicación por parte de la corte de Atlanta.
«Veremos quién se queda las monedas», declaraba Greg Stemm en una entrevista concedida a este diario en junio de 2009. Ahora ya lo sabemos: España. No cabe rescurso posible: la empresa radicada en Tampa ha perdido en los tribunales y deberá devolver en un plazo alrededor de diez días las monedas. James Goold, abogado que ha representado los intereses de España en el contencioso, estaba ayer exultante «y completamente emocionado porque la victoria ha sido doble. Primero venció en el caso de El Juno y la Galga y ahora remata con el de este otro pecio español», cuenta una de las personas que ha vivido estos momentos de euforia junto al letrado.
El oscuro «Cisne negro»
Cuatro años muy largos han transcurrido desde que Odyssey, empresa radicada en Tampa (Florida), hacía público el hallazgo de un tesoro en un zona del Atlántico que no quería precisar. El nombre en clave que dio a la operación era «Cisne negro» («Black Swan»). Once días después de darlo a conocer, el Gobierno español presentó una demanda ante un tribunal de Florida para exigir sus derechos sobre el botín. A partir de ese momento, España decidió poner sobre la mesa toda su artillería para recuperar lo que consideraba le pertenecía.
La primera ministra que tuvo que hacer frente al problema fue Carmen Calvo, en cuyas manos estalló el conflicto. Posteriormente fue César Antonio Molina quien asumió el caso como un tema personal en el que había que «dar caza» a los expoliadores. Ángeles González-Sinde estuvo a punto de recoger los frutos, pero será Juan Ignacio Wert quien reciba con todos los honores las cajas de monedas, junto al titular de Exteriores, cuya implicación en el «caso Odyssey» ha sido notable. Dos aviones Hércules del Ejército del Aire (utilizados habitualmente para la carga y el transporte de tropas) están preparados para ya para volar rumbo a Tampa. En el Ministerio de Cultura, se celebró ayer la noticia: «Hemos ganado», era la frase más repetida ayer.
La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos, contra la que no cabe recurso, desestima las alegaciones de Odyssey al considerar que la fragata española «Nuestra Señora de las Mercedes» es un buque de Estado y no un barco mercante. La empresa «cazatesoros» pretendía demostrar (y así lo ha hecho durante estos cuatro largos años) que el barco no se encontraba en misión militar en el momento de su hundimiento y que, de esta forma, se perdía la inmunidad soberana y el barco dejaba de pertenecer al país de origen.
CAMBIO DE ESTRATEGIA: EXTRAER CADMIO
Greg Stemm es consciente de que los tiempos de bonanza para las empresas «caza tesoros» tienen los días contados y Odyssey no es una excepción. De ahí que hayan firmado un contrato con una compañía para rescatar del fondo marino minerales de alto valor, como el cadmio o el litio. Durante el pasado 2011 empezó a realizar este tipo de prospecciones, sabedor, quizá de que las acciones de expolio están siendo supervisadas a golpe de microscopio por los diferentes Gobiernos. El caso de España es el más palpable.
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