Delincuentes desde la escuela

«El rafita» y «El Cuco» son sólo dos ejemplos de una realidad social que se está convirtiendo en preocupante en nuestro país: El número de menores delincuentes condenados con sentencia firme por la Justicia se ha disparado un 41 por ciento desde 2007, año de inicio de la crisis económica.

Así, según datos del Instituto Nacional de Estadística, hechos públicos ayer, de los 13.631 menores condenados en 2007 se ha pasado a los 18.238 de 2010. Así, la tasa de adolescentes de 14 a 17 años condenados por cada 1000 habitantes en el mismo rango de edad, fue de 10,22 frente al 9,73 del año anterior.

En cuanto al perfil del menor delincuente es el de un varón (84,1 por ciento) español (76,1 por ciento), de entre 16 (29,4 por ciento) y 17 años (32,8 por ciento). La proporción de extranjeros ha pasado del 22,4 al 23,9 por ciento en tan solo un año. En cuanto al número de infracciones comentidas, dos de cada tres menores condenados cometieron un sólo delito y uno de cada tres realizó al menos dos.

En total, el pasado año se inscribieron 31.061 infracciones penales protagonizadas por menores, de los que el 64,7 por ciento correspondieron a delitos y un 35,5 por ciento a faltas.
Las infracciones más habituales vuelven a ser los robos (39,2 por ciento), lesiones (11,8 por ciento) y las relacionadas con la seguridad vial (11,2 por ciento). En cuanto a las faltas, las más frecuentes fueron realizadas contra las personas (62,3 por ciento) y el patrimonio (32,6 por ciento).

De todos los casos recibidos, los jueces adoptaron medidas en 25.087 ocasiones, un 3 por ciento más que en 2009. Las más habituales fueron la libertad vigilada (34,7 por ciento), la prestación de servicios en beneficio de la comunidad (21,1 por ciento) y la realización de tareas socioeducativas (12,5 por ciento). A medida que aumenta la edad del infractor los jueces se decantan con mayor frecuencia por la realización de tareas socioeducativas (10,8 por ciento a los 14 años y el 13,7 por ciento a los 17) y con menor asiduidad por la libertad vigilada (37,7 por ciento a los 14 años por el 31,1 por ciento a los 17).

Internamiento
Si la proporción de condenados españoles sigue siendo predominante (76,1 por ciento), la medida de internamiento en régimen cerrado recae con más frecuencia en menores extranjeros (6 por ciento), frente al 1,4 por ciento de los españoles. Esta situación se repite con el internamiento en régimen semiabierto, que afecta al 14,6 por ciento de los menores inmigrantes y al 10,5 por ciento de los nacidos en nuestro país.

Por comunidades autónomas, Andalucía fue la comunidad con más condenados inscritos en el Registro en 2010, con el 24,3 por ciento; seguido de la Comunidad Valenciana, con 14 por ciento y Cataluña, con un 10,8 por ciento.

Este orden se mantuvo en el caso de menores condenados de nacionalidad española. Sin embargo, Cataluña fue la comunidad con mayor número de menores condenados extranjeros, seguida de la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana.

Por su parte, la ciudad autónoma de Ceuta (49,27 por 1.000) y las comunidades de La Rioja (16,25) e Islas Baleares (15,56) registraron las mayores tasas de menores de 14 a 17 años condenados por cada 1.000 habitantes en el mismo rango de edad. Mientras, la Comunidad Madrid (6,94), Cataluña (7,32) y la Comunidad Foral de Navarra (7,32) presentaron los valores más bajos.

La Estadística de Condenados y la Estadística de Menores se elaboran a partir de la información del Registro Central de Penados y del Registro de Sentencias de Responsabilidad Penal de los Menores respectivamente, ambos de titularidad del Ministerio de Justicia.

Menos adultos condenados
Mientras el número de menores condenados se dispara, el de adultos se redujo un 3,6 por ciento en 2010 en relación al año anterior. Al igual que en el caso de los menores, la gran mayoría (nueve de cada diez) fueron varones, y también en la estadística de adultos ocupan un lugar significativo los extranjeros. Pero hay una diferencia sustancial: en el caso de los adultos los delitos de tráfico suponen casi la mitad del total, por lo que la pena más frecuente es la multa.