El CEIP Mediterrània de la Barceloneta abandonará los barracones en 2013

BARCELONA- «Estamos muy contentos. La lucha vecinal ha llegado a buen puerto y ahora sólo nos queda celebrar que por fin tendremos un centro en condiciones». Así de radiante se mostró ayer una de las madres que forman parte del CEIP Mediterrània, un centro de la Barceloneta que se había convertido en el emblema de la batalla contra los barracones escolares. Desde 2007, los alumnos del centro tenían que estudiar cada día en módulos prefabricados, y desde hace más de tres años, las familias no se cansaron de organizar multitud de protestas para reclamar un centro para sus hijos. Tras derrumbar el centro hace cuatro años por problemas de aluminosis, la falta de presupuesto para construir el nuevo edificio por la crisis económica posponía aún más el plan educativo del barrio.

Conscientes del valor simbólico del centro, la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, acordaron ayer mediante un convenio la ejecución y la posterior dirección de obras de nueva construcción del centro. Unos trabajos que permitirán que los alumnos puedan asistir a clase en un edificio de obra nueva en 2013.

Una situación idónea para que la consellera anunciase la presentación en 2012 de un plan global de sustitución del millar de barracones escolares existentes en el territorio, alguno de los cuales funciona desde hace más de 10 años.

Rigau indicó que la conselleria finaliza estos días el inventario de los 1.057 barracones que hay en Cataluña y de los centros con los que existe el compromiso de que pasados dos años serían sustituidos por edificaciones definitivas.

«Las demografías están cambiando, se ha frenado la llegada de inmigrantes y la crisis seguro que también impacta», consideró la consellera, que añadió que este hecho permitirá a la Generalitat «reordenar las prioridades» de los barracones escolares, que llegaron a doblarse bajo la gestión del tripartito y de Ernest Maragall.

La presión de las familias ha surgido efecto. Diversas acciones reivindicativas en los últimos meses reclamaban a la Generalitat que ningún niño tuviese que estudiar más de tres años en módulos prefabricados.

Actualmente, en Cataluña, hay unos 20.000 alumnos que estudian en barracones.