Nueva York

Así se destruye un candidato

Son los «opposition research», grupos de investigación que todo político tiene para descubrir los trapos sucios de sus rivales y sacarlos a la luz. Herman Cain es el último caso de carrera frustrada por un episodio de hace 20 años 

Herman Cain era el republicano favorito según las encuestas. Las acusaciones de comportamiento inapropiado lo han hundido
Herman Cain era el republicano favorito según las encuestas. Las acusaciones de comportamiento inapropiado lo han hundidolarazon

La controversia con el candidato republicano Herman Cain sobre las alegaciones de acoso sexual de los años 90 a dos empleadas sigue en las portadas de los grandes periódicos de Estados Unidos. Pero lo más llamativo es que la polémica no gira en torno a las dos supuestas víctimas, si no que se ha convertido en un «affaire» tipo «quién dijo qué, cuándo y por qué».

Y es buen ejemplo de cómo funcionan los equipos de «opposition research» (investigación del adversario) durante las campañas electorales. El objetivo de estos grupos es averiguar todos los trapos sucios del adversario del candidato para el que se trabaja. Y, por supuesto, sacarlos a la luz para destrozarlo. Trabajan a la sombra del candidato al que defienden.

Examinan todo lo que hace su político y sus enemigos. Repasan cada palabra de sus discursos, qué hacen cuando viajan, si se quedan en hoteles de lujo o de tipo medio, si van en primera clase o turista y, sobre todo, cómo utilizan el dinero público. No les importa que ataquen a su candidato, siempre y cuando sean capaces de responder y salgan victoriosos.
Jamás son contratados directamente por el político para el que trabajan. Él o ella sabe de su existencia, pero nunca reconocerá ningún trato con el mismo equipo. El presidente de Especialistas en Investigación, Larry Zilliox, explica que «el caso de Herman Cain parece que puede ser trabajo de "opposition research". Y sí es así, es muy bueno. Me pregunto si su gente sabía esto. Cuando doy mis clases, siempre digo que hay que investigar primero al propio candidato. Hay que estar siempre preparados para lo que venga. Si lo hubiesen sabido, habrían estado en una mejor posición para responder y atacar. Primero dijo que no había habido solución extrajudicial. Después que sí. Y esa es la historia. No saben cómo llevar la situación. Y no están preparados. Y eso es lo que es realmente importa en estos momentos», indica Zilliox sobre la controversia de Cain, que salió a la luz los días que el republicano iba líder en las encuestas.

La publicación «Politico», especializada en Washington, publicó que dos mujeres denunciaron a Cain por comportamiento inapropiado durante su época en la Asociación Nacional de Restaurantes en los años 90. Las mujeres llegaron a un acuerdo económico con la asociación, que las prohibió hablar de estas alegaciones. En un principio, la campaña de Cain se negó a comentar lo sucedido, pero después reconocieron que las acusaciones eran ciertas. Más tarde Cain negó cualquier acto inapropiado y también el que se hubiese solucionado con un cheque. Después dijo que se había equivocado de palabra: en realidad era trato. Por último aseguró que las alegaciones estaban hechas sin fundamento.

Búsqueda de información
A juicio de Frank Fischer, experto en política de la Universidad de Rutgers, el caso de Cain es un ejemplo claro de cómo funcionan los grupos de investigación. «La idea básica de los "opposition research"es encontrar algo que ayude a destruir a un candidato. Como el descubrimiento de que Cain fue acusado de acoso sexual y pagó a las mujeres para que guardasen silencio».

Zilliox, que da clases los grupos de «opposition research», indica que «estos equipos se dedican a la investigación del candidato oponente. Hay que buscar en su historial como político, en el mundo de los negocios. Hay que recoger información sobre el origen y la formación del opositor», explica acerca de cómo empieza el trabajo.

Después, «puede ser que una campaña de un político nos llame para que trabajemos para ellos. Otro caso es el equipo formado por gente con voluntarios y plantilla. Todo depende del tamaño de la campaña. Las más grandes tienen su propio equipo. Las mayores organizaciones políticas, como el Comité Nacional Demócrata o Republicano, cuentan con un grupo que trabaja a tiempo completo. Pero si alguien se quiere presentar a un condado de Iowa o al Senado de Nevada, suelen contratar a gente de fuera», detalla el autor de «The Opposition Research Handbook: A Guide to Political Investigations».

Y una vez que se ha formado el equipo e identificado los objetivos, se ponen manos a la obra:
«Bueno, miramos todo: demandas, bancarrotas, negocios, alguien que haya estado involucrado en un asunto controvertido que tenga que ver con el medio ambiente. No importa que hayan tenido lugar hace diez años», explica Zilliox. Éste es el caso de Cain con las alegaciones de acoso sexual: supuestamente tuvieron lugar en los años 90, pero han determinado los últimos días de la agenda política de octubre de 2011.

El experto en política de la Universidad de Rutgers, Frank Fischer, reconoce que, «en algunos aspectos, esto no es nuevo. Las partes siempre han tenido bases de datos con información que puedan utilizar, pero sí ha tomado una nueva forma en el mundo de la política actual, determinada por este tipo de conflictos y los medios de comunicación».
Filtraciones

Una vez que se encuentra algún trapo sucio, «primero– explica Zilliox– tienes que confirmar que la campaña con la que trabajas está de acuerdo en sacar esa información. Si sacas algo malo del otro tienes que asegurarte de que no se pueda volver en contra del político que nos ha contratado. A veces, se puede filtrar el asunto a los medios de comunicación. Pero también puede que prefieran revelarlo durante un debate. Y así hacer que el oponente responda».

Hay otras ocasiones en las que el trabajo de «opposition research» no consigue destruir al oponente. «Si por ejemplo hay un candidato que tiene alrededor de 30 años, que fue a la Universidad de Delaware, hay que mirar todo lo que hizo en su época universitaria. Y repasar los archivos de estudiante. Entonces, por ejemplo, se puede descubrir que fue arrestado por posesión de marihuana. Después, hay que evaluar si se saca esa información. No sin antes investigar un poco más. Hay que ir a Amazon, a ver si hay algún libro en el que él ya lo haya admitido. Y su campaña puede responder diciendo: «Bueno, ya no toma drogas. Fue un error de su época universitaria. Y ya lo ha admitido», apunta Zilliox.

Zilliox también se atreve a desvelar cómo atacaría al actual presidente estadounidense Barack Obama, cuya campaña de 2008 fue impecable. «Ahora sus oponentes van a buscar en cada palabra que haya pronunciado para ver si encuentran alguna inconsistencia entre sus discursos y lo que ha estado haciendo después», destaca. «Si por ejemplo lleva ahora una campaña de gobierno transparente, y sin embargo cuando estaba en el consejo de la escuela local no permitió las audiencias públicas, entonces se puede decir que ahí Obama cae en una contradicción. Y en ese tipo de cosas es por dónde se le puede atacar», reconoce el experto.


Traición del propio partido

Si un nombre aparece cuando se tratan los escándalos sexuales es el de Bill Clinton, sobre todo por su capacidad para sobrevivir a las múltiples polémicas en las que se ha visto envuelto sin que afecten a sus índices de popularidad. Su relación con Monica Lewinsky es la más sonada. Otro de los nombres que se añaden a la lista de políticos malogrados por sus «affaires» es el de John Edwards. Su carrera se acabó cuando se supo que engañó a su mujer, Elizabeth, mientras ésta luchaba contra un cáncer de pecho.
Este tipo de controversias es de las más temidas por los equipos de «opposition research», ya que son muy difíciles de controlar. Generalmente, vienen por una traición de alguien del equipo del candidato que ha dimitido y no tiene buena relación con el político. Entonces, se filtra a los medios.