Granada

B B King toca el cielo

Los grandes, lo sabemos bien los periodistas, suelen ser los más sencillos. Así que, ante un rey, cabe esperar la mayor naturalidad. Allí, 84 años, decenas de discos y miles de conciertos a sus espaldas, el Rey del Blues confirmó la regla.

B.B. King, ayer en Madrid, en el primero de sus conciertos en España / Luis Díaz
B.B. King, ayer en Madrid, en el primero de sus conciertos en España / Luis Díazlarazon

B. B. King, de nuevo en Madrid, habló con la Prensa durante algunos minutos que supieron a poco –exigencias del guión– antes del primero de sus conciertos por España. «Me gusta esto –señalando a los periodistas–. La música y el público me llenan de felicidad», responde a la primera pregunta, sobre lo que le mantiene en marcha. Mañana estará en Valladolid, el sábado en Granada y el domingo en Murcia. Ayer actuó en el Teatro Circo Price con todo vendido. Perdón, ocupado: la entrada era gratuita. Y la ocasión lo justificaba: el Nelson Mandela Day, unos actos que duran hasta el 16 de julio y que celebran los 90 años del ex presidente. 67 minutos de concierto estaban previstos –luego fueron más, gracias Mr. King– para homenajear los años que pasó Mandela en Robben Island.

Muchos MandelasY el «bluesman» más famoso, nacido en 1925 en Itta Bena, Mississippi, habló del líder surafricano: «Significa suficiente como para hacerme subir en un autobús y recorrer más de mil millas hasta llegar aquí a tocar esta noche. Ojalá tuviéramos más gente como él en todos los países. Es un gran hombre. Con muchos como Mandela el mundo sería un lugar mejor, más gente podría sonreír», dijo el propietario de «Lucille», la guitarra más célebre de los escenarios. Y asegura, hablando de buenas acciones: «En mi país, EE UU, la música ha hecho más por la gente que los políticos. Gracias a eso, hoy tenemos un presidente negro. Nunca pensé que viviría lo suficiente para ver algo así». En esos años se ha ganado muchas etiquetas. Él no duda sobre quién es el mejor guitarrista del mundo: Eric Clapton. Eso sí, también afirma rotundo: «Sí, soy mejor guitarrista ahora que hace 50 años». ¿Cómo consigue esa envidiable energía? El músico señala su prominente barriga y ríe: «¡Me encanta comer!». Luego, se pone serio: «No es sólo eso. Me apasiona tocar, pero no puedo practicar mucho, así que cuanto más toco en directo, más ensayo». Que sigan rodando los buenos tiempos.