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En España sobra agua

La Razón
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Ya sabemos que cíclicamente se producen años de sequía y otros más generosos, pero la situación a día de hoy no es de las peores que hemos padecido, por mucho que los agoreros, los metepalos en la rueda, algún que otro expolítico y otros en franca ruina basaran parte de su campaña electoral en alimentar el miedo a los murcianos a cuenta del agua. Después, cuando el gobierno de Mariano Rajoy nombró a Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Agua y Medio Ambiente, llegaron estos agoreros del «cuanto peor, mejor» y aseguraron que el tema del agua había sido borrado del programa del PP y que se condicionaban los trasvases futuros de la España húmeda a la seca a que hubiese siempre agua sobrante en la primera. Pues, no. Arias Cañete dijo lo que dijo y no lo que los antes citados querían que dijera. Recordemos a Bono cuando pedía cerrar la huerta; a Veracruz diciendo que nos habían engañado y a Saura trampeando las declaraciones del ahora ministro. En España hay agua de sobra y para todos, y se llevará de donde sobra a donde falte. Por eso Valcárcel apremia con este asunto, día sí y día también. Debe ser la legislatura del agua, o al menos en gran medida de su desarrollo, que cueste más en un futuro parar las obras que su mantenimiento. Ésta es la gran apuesta del PP, por eso reclama a Arias Cañete un gran Pacto Nacional del Agua, que nos recuerda a aquel extinto PHN. Los datos oficiales sobre el agua que han aportado las instituciones recientemente indican que en España hay 110.000 hm3 de agua circulante en las cuencas hidrográficas nacionales, agua que va al consumo, al riego agrícola, al turismo, a los servicios públicos y privados,además del agua embalsada. De esos 110.000 hm3 sólo se consume una quinta parte, es decir, 21.000 hm3, o dicho de otro modo el 20 por ciento del total de agua potable de nuestro país. Por tanto hay agua sobrante para todos y, como dice Valcárcel, mil arriba o mil abajo no afecta a la unidad de ninguna cuenca, ni tampoco a los territorios que atraviesa. Otra cosa, como ha hecho el PSOE con este asunto, es convertirlo en materia de enfrentamiento político, de unos contra otros y de confrontación permanente que es de lo que se quiere alejar ahora el PP pese a los intentos de seguir en la bronca de los agoreros, metepalos en la rueda y expolíticos en desuso. Lo dicho, en España sobra agua y falta más buena fe y ponerse a trabajar en un asunto, como este del agua, que exige un gran acuerdo nacional al que debería sumarse el Partido Socialista.