Gastronomía
Entre las cacerolas de La Broche
¿Ha soñado alguna vez con colarse en la cocina de un restaurante con estrella Michelín? El chef Ángel Palacios lo hace posible y le invita a un menú a base de alta gastronomía en miniatura
Comer en la cocina puede parecer una propuesta poco glamurosa... Pero nada más lejos de la realidad... Sobre todo si se trata de una cocina con estrella Michelín. Pocos son los privilegiados que pueden presumir de haber comido entre las cacerolas de un chef de renombre, aunque ahora cualquiera puede contarlo, gracias a la última ocurrencia del restaurante La Broche, que invita al comensal a descubrir su rincón más íntimo.
Cruzamos la puerta y nos topamos con el chef Ángel Palacios, un magnífico anfitrión que nos lleva hasta la barra Brabante. Sentados en un cómodo taburete, empieza la función. El espectáculo es visual y, por supuesto, gastronómico. Como si estuviésemos en la barrera de la plaza de toros más cotizada, ante nuestros ojos se sucede el frenético trajín de una docena de cocineros con las manos en la masa. Es entonces cuando el aroma de los platos preparándose empiezan a llegar a nuestro olfato. La boca se hace agua...
Lujo en miniatura
El menú que Palacios ha preparado para sus «mirones» es a base de tapas, alta gastronomía en miniatura maridada con alguna de las cinco variedades de la cerveza gourmet Brabante. La jugada sale redonda.
El festín empieza con una sorprendente pomada de ave que untamos en bizcocho de leche, seguido de una magdalena de boniato, jengibre y avellanas. Buen comienzo. Lo siguiente es una ensalada César, pero lo inaudito es que nos comemos hasta la bolsita que guardan los ingredientes, pues está hecha a base de fécula de patata.
Después de un buen trago de cerveza, y sin perder de vista el ajetreo de los fogones, nos llega el salsifi en tempura con crema agria, cuya combinación resulta deliciosa. Lo siguiente es el huevo con pan y vino presentado en un tarrito de cristal. En su interior, una gelatina de vino se funde con una mouse y un huevo de codorniz. La mezcla es, simplemente, espectacular.
Aún queda trecho por recorrer, y el chef se acerca a nosotros con una pequeña caja de cartón que esconde espagueti a la boloñesa con un potente sabor a tomate casero. Para continuar, una tetera con aromas a tomillo, romero y laurel llega hasta la mesa para preparar nuestros sentidos para lo que vamos a llevarnos a la boca: caracoles con butifarra. La penúltima tapa es un riquísimo erizo gratinado con algas y boletus. El colofón llega con la minihamburguesa de potro con setas enoqui y queso de tetilla ahumado, un placer para las papilas gustativas.
El final se acerca con una degustación de quesos que dan paso al postre: bizcocho de chocolate con helado de cereza. Y todo ello por 40 euros, sin IVA. Poco más se puede pedir. La experiencia es apasionante.
>> Dirección: Calle Miguel Ángel, 29, Madrid.
>> Lo mejor: Colarse en una cocina con estrella Michelín en plena ebullición.
>> Precio: Menú a base de tapas por 40 euros más IVA.
>> Reservas: 91 399 34 37.
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