Gol desde el Matadero

Miles de madrileños hicieron frente al calor durante el fin de semana para asistir al Día de la Música 2012 en el Matadero de la capital. Aunque las temperaturas superaron en ocasiones los 30 grados, la oferta de 46 conciertos en tres días, y las instalaciones que ofrecieron este año salas acondicionadas, aspersores para el escenario principal y comida y bebida en abundancia, consiguieron encandilar a los asistentes.

La primera jornada del abono abrió boca con un lleno total en el concierto de Sr Chinarro que consiguió muy buen sonido, y el concierto intimista de la coruñesa Jane Joyd, que presentó su más reciente EP. Lee Fields &The Expressions fueron castigados por el sol, pero el vocalista enfundado en un traje dorado y su característico soul, repasó sus antiguos temas y los de su más reciente disco «Faithfull Man». Algunos escenarios no respondieron a todas las expectativas y la pareja de Pegasvs sufrió para aguantar. El refresco vino de St. Vincent que aunque pareció contenerse al principio dejó un buen sabor de boca con temas de su último trabajo «Strange Mercy» y también le tocó luchar con el sonido.

Ya en el escenario principal, los Twin Shadow al mando de George Lewis Jr., tocaron estoicamente ante un escenario de RTVE lleno hasta la bandera. Con la lenta caída del sol del viernes, el estilo de zapatillas y estética «cheerleder» de la joven Azaelia Banks de 21 años, interpretando en 40 minutos los temas del que será su primer disco, hizo las delicias del público, que se debatió después entre el rock electrónico de Bear in Heaven y el casi desconocido James Blake, que ofreció un concierto con tan solo un guitarrista y un batería y su estilo dup-step. Una de las sorpresas del festival llegaría de mano de JD .Mc Pherson, que llenó el escenario UFI con una dosis de rhythm&blues que dejó temas muy bailables. Para la recta final de un día frenético (sólo aliviado por espacios de 15 minutos de charla en las zonas comunes, o algo de pizza, hamburguesas y perritos), aún quedaba el previsible éxito de masas de Two Door Cinema Club, que repasaron su ya mítico disco junto a 4 temas nuevos; mientras los esperados The Ravonettes eran traicionados por la acústica de una de las salas, La casa azul ponía broche al primer día del festival madrileño.

El segundo día, aunque parecía mermado el interés por la diferencia de cartel, las aún más altas temperaturas y la competencia del partido de la Eurocopa que enfrentó a España y Francia, el público asistente fue más numeroso, entre los que destacaron los forofos con las camisetas de la selección. Después de un repleto repertorio gratuito por la mañana, a las cuatro empezó la sesión que salpicó con el repertorio de Fanfarlo y los tejanos Spoon (cambiando de color de piel a pleno sol) con temas recurrentes, y daba paso a la presentación del nuevo disco de Cristina Rosenvinge, «Un caso sin resolver». Mercury Rev y su excéntrico líder, Jonathan Donahue, ponía marcha a la noche con su disco de hace 14 años mientras se bebía su tradicional botella de vino tinto en el escenario posando embutido en ropa de invierno a pleno sol.

También fútbol
A pesar de algunos cambios de programación por imprevistos en el concierto de Julia Holter, ésto les permitió a los rezagados descubrir a Mikal Cronin, que llenó la sala de sonido underground con su pop ruidoso. Mientras algunos disfrutaban de Breton, grupo que seguir en el futuro inmediato, el escenario principal se llenó más que nunca para ver el concierto estrella de Love of Lesbian. La organización prestó una pantalla muda para seguir el partido de la Eurocopa y algunos dividieron su corazón y rompieron el silencio con el primer tanto de Alonso. El propio Santi Balmes cantó los goles de la Selección, nombró a Urdangarín y firmó un clásico concierto del grupo. La guinda de oro la pusieron unos animadísimos Máximo Park con sus temas habituales, un excelente sonido y ánimo de fiesta de los veteranos Apparat, y el espectáculo visual y auditivo de los consagrados Metronomy, que consiguieron dejar un agradable sabor de boca que llevarse junto a la victoria futbolera.