En manos de Valeriano

El paro vuelve a incrementarse, por tercer mes consecutivo, y el número de parados se sitúa, de nuevo, por encima de la barrera psicológica de los cuatro millones de desempleados. Llevamos ya mucho tiempo oscilando entre terribles cifras que reflejan la pobre y débil salud de nuestro mercado de trabajo. Una nota destacada sobre la que apoyar este argumento está en el incesante incremento de los parados sin empleo anterior, que aumentan este mes prácticamente lo mismo que lo hicieron de mayo a agosto. Esto pone de manifiesto las terribles dificultades económicas que están experimentando las familias españolas en sus hogares ante la falta de ingresos de rentas del trabajo. La afiliación vuelve a caer, pero de menor forma que en octubre del pasado año. Esto podría indicar que nos acercamos al suelo (subsuelo) de la destrucción de empleo, pero en ningún caso significa que sea un punto de inflexión a partir del cual recuperaremos empleo. Hay un movimiento del mercado laboral claramente desfavorable. Por ello, el deterioro continuará en los próximos meses. Ya sólo queda tomar medidas para que en los años venideros nuestro mercado laboral cree empleo de manera sostenida. La pelota está en el tejado del Gobierno y la agilidad o no en la toma de decisiones determinará si la situación del mercado laboral mejora o si arrastraremos esta enfermedad durante un peligroso y largo periodo de tiempo. Recuerdo que EE UU en los años treinta y Japón en los noventa perdieron diez años.