Diseño
Cómo desmontar una central nuclear con una «navaja suiza»
Tiene un total de 16 piezas, brocas desmontables y ha costado 20 millones de libras esterlinas (22,7 millones de euros). Pero no es una herramienta cualquiera: sus inventores la han bautizado como "la navaja suiza más sofisticada del mundo", aunque no lo parezca, y se va a utilizar para una operación de alto riesgo.
"Y ahora, desmantelaremos esta peligrosa central nuclear… con una navaja suiza". El argumento parece sacado de uno de los capítulos de McGyver, pero no es así. Es algo mucho más complejo: lejos de ser una herramienta de bolsillo, esta navaja será la pieza clave para desmantelar el Reactor Reproductor Rápido de Dounreay, en Caithness (Escocia), una instalación nuclear que funcionó entre 1959 y 1977.
La operación, que no es ajena al riesgo que entrañan todo este tipo de trabajos, se realizará bajo una alta radiactividad, por lo que es recomendable que se lleve a cabo no de forma manual, sino mediante una máquina controlada a distancia, y es imprescindible que cada uno de los pasos que se tomen esté sometido al mayor de los controles de seguridad.
¿En qué consiste esta "navaja"tan sofisticada? En primer lugar, el precio: 20 millones de libras esterlinas (22,6 millones de euros). Después, sus dimensiones: dos metros y medio de longitud y 16 brocas desmontables que pesan entre 37 y 93 kilos. Y luego, sus capacidades: con ella se cortarán 977 barras de metal, alguna vez utilizadas para obtener plutonio.
La herramienta ya ha sido instalada encima del reactor, aunque no empezará a funcionar, mediante un sistema de control remoto, hasta dentro de unos meses. Según explicó a la BBC Alex Potts, el ingeniero responsable del proyecto de restauración de la central de Dounreay, es demasiado peligroso para las personas trabajar dentro de la vasija del reactor.
Una central nuclear muy tóxica
"El reactor tuvo un diseño fuera de lo común y por lo tanto también lo será la herramienta que necesitamos para sacar las barras -señaló a la televisión británica-. Es muy tóxico como para hacer el trabajo de forma manual. Los niveles de radiación aún son muy altos y los residuos del líquido de refrigeración de metal líquido añaden peligrosidad, por lo que necesitamos una herramienta capaz de hacer el trabajo a control remoto".
La herramienta que se utilizará permitirá trabajar con tres brocas a la vez. Será dirigida por control remoto desde una sala situada seis metros por encima del reactor, gracias a unas cámaras especiales con reflectores y material resistente a la radiación.
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