España
Poco dura la alegría en casa del pobre
Valencia. Segunda de la Feria de la Comunidad. Se lidiaron toros de La Quinta y dos, 5º y 6º, de Lagunajanda, muy desiguales de presentación y de poco juego en conjunto. Un tercio de entrada.Víctor Manuel Blázquez, de marengo y oro, estocada entera (ovación); cuatro pinchazos, un descabello (silencio).José Calvo, de azul pavo y oro, entera (ovación); entera, cinco descabellos, aviso (ovación).David Esteve, de malva y azabache, tres pinchazos, media (silencio); estocada corta (silencio).De las cuadrillas destacaron César Fernández, Alberto Martínez, Raúl Blázquez, Javier Rodríguez y Miguel Ángel García.
El aburrimiento fue la tónica general y dominante de la corrida con que se cerró la feria de octubre de Valencia y se festejó el Día de la Comunidad Valenciana. Una función condicionada decisiva y negativamente por el juego de los toros de La Quinta y Lagunajanda, que no dieron opción alguna de lucimiento a sus matadores.
De los ocho toros de La Quinta que se desembarcaron en los corrales de Valencia sólo se aprobó la mitad y eso con generosidad por parta de las autoridades veterinaria y gubernativa. Hubo toros que por peso -varios novillos de unos días antes tuvieron más romana y plaza- pasaron por los pelos y cuya presentación dejó bastante que desear.
Pero fue su comportamiento lo que deslució totalmente la tarde. Incierto y probón el primero; sin fuerza alguna el segundo; avisado y como toreado el tercero; desentendido el muy chico cuarto; muy a menos el quinto y descompuesto y sin fuelle alguno el sexto. Con semejante material poco pudieron hacer sus matadores, diestros de la tierra que torean muy poco y que vieron impotentes cómo se les iba de entre las manos la oportunidad de una actuación que les diese vuelo.
Sólo José Calvo pareció tener alguna posibilidad con el quinto, pronto y repetidor en sus primeras embestidas, aunque pronto comenzó a acortar el viaje y a reponer, sin dejar estar cómodo a su matador. Con su primero fue ovacionado al torear a la verónica. Luego el de La Quinta se puso a la defensiva y no respondió nunca alas exigencias del torero.
Con veintidós años de alternativa -que se cumplían ayer, precisamente y tras cuatro sin torear en España, Víctor Manuel Blázquez sólo pudo sacar una gran serie al natural tras muchas probaturas con su muy incómodo primero, mientras que el cuarto no mostró interés alguno por él.
Pero, con todo, el peor lote, con diferencia, fue para el pobre David Esteve, que bastante tuvo con quitarse de encima con dignidad al tercero, en todo momento pendiente del bulto y con mucho peligro. El sexto, sin apenas fuerza ni casta, se echó nada más comenzar la ¿faena? de muleta y ya sólo cupo maldecir su suerte.
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