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Campaña «low cost»
Rubalcaba se ha tomado en serio lo de ahorrar dinero en la campaña electoral. Él quería que su lema lo hiciera el equipo publicitario que le dio el éxito a Obama, pero, como no le llegaba la pasta, los americanos le han dicho que puede usar el mismo si quiere y así se lo dejan a mitad de precio.
Es lo que ha hecho el hombre: darle al famoso «yes, we can» una manita de pintura, o sea dejarlo en «we can do it» y ¡hala, a correr! El presupuesto de Rubalcaba debía de ser tan corto que no le llegaba ni para traducírselo al castellano. Al parecer, el que cobró bien fue el de la idea del «pizarrín» y no me extraña. Realmente, a cualquiera no se le ocurre una cosa así: una pizarra roja (fíjese el lector en la sutil cuña ideológico-subliminal del color encarnado) con tres palabras que son la pera limonera: «escuchar, hacer, explicar…». Yo comprendo que el votante español medio ve un anzuelo semejante y no tiene más remedio que picar. Yo mismo, si voy por la calle y me topo con el pizarrín de Rubalcaba, con esas tres palabritas mágicas, sucumbo a la primera. ¡Y es que uno no es de piedra!
La verdad es que la idea del lema usado es muy buena. Yo creo que Rajoy debería seguir el ejemplo rubalcábico de la segunda mano y comprarles a los socialistas el que usó Zapatero en su día: «Queremos un Gobierno que no mienta». No hay peligro de que éstos lo usen ahora porque sería tirar piedras contra su propio tejado. La verdad es que al PSOE se le han quedado inservibles todos los antiguos eslóganes. Sacar ahora los «Cien años de honradez» o el «No a la guerra» sería un poco temerario.
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