Todas las formas de Palazuelo

BARCELONA- La Fundación Francisco Godia permite conocer una parte destacada de la producción artística de Pablo Palazuelo, especialmente desde la perspectiva escultórica pero también incorporando algunos ejemplos de sus dibujos y sus pinturas. Buena parte de la muestra se apoya en los fondos de la Fundación Palazuelo, aunque también incluye piezas procedentes de colecciones privadas y de instituciones, como la propia Fundación Godia.

Uno de los méritos de Palazuelo fue haber sido uno de los primeros artistas españolas en abrazar la abstracción. Esto se constata en el medio centenar de trabajos presentes en la exposición, que se desglosan en 26 maquetas y 21 esculturas, además de 46 dibujos, muchos de ellos inéditos. Todo el conjunto ayuda a visualizar una de las carreras más interesantes en la segunda mitad del siglo pasado en nuestro país.

«Palazuelo primero dibujaba en papel y luego realizaba una serie de dobleces en ese papel que le confería tres dimensiones a la obra», aseguró ayer el comisario de la muestra, Javier Maderuelo. Para demostrarlo, Maderuelo y su equipo han restaurado una serie de maquetas que estaban amontonadas en el estudio del artista y han recuperado planos y dibujos. Parte de estas maquetas y dibujos se pueden ver en la exposición, cuya primera sala está dedicada a la génesis de «Primer Brote» (1967-1977), la escultura que marcó el inicio de la labor escultórica de Palazuelo.
 No obstante, esta obra no es la primera escultura del artista madrileño, ya que en el verano de 1954 moldeó en barro con sus propias manos una escultura cubista, que posteriormente fundió en bronce y llamo «Ascendente».

A partir de los sesenta, Palazuelo retomó la escultura, habiendo renunciado a la masa y a la voluntad de generar volúmenes encerrados en el interior de un contorno. Obras con chapas de zinc representan ese momento, visible en la Fundación Godia.
La exposición también incide en uno de los objetivos más importantes para Palazuelo, como fue su anhelo por conseguir la belleza, pero lejos de las normas del clasicismo. Es una sensibilidad que ahora puede verse en Barcelona.

Un diálogo escultórico con Chillida
El interés de Palazuelo por la escultura se remonta a sus años de estudiante en París, donde compartió piso con Chillida. La influencia fue mutua y de la misma manera que el interés de Chillida por la escultura fue clave en la evolución de Palazuelo, la apuesta de este último por el arte abstracto llevó al vasco a dejar la figuración.