Grecia

Todos contra el paro por José Clemente

La Razón
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España ha heredado del anterior gobierno de Rodríguez Zapatero la mayor tasa europea de desempleo por delante de Portugal, Grecia e Irlanda, considerados los países «PGIS» de la Unión y donde el paro se sitúa entre el 16 y el 18 por ciento, mientras que en nuestra querida piel de toro rozamos ya el 23 por ciento con más de seis millones de desempleados, casi dos en el mismo núcleo familiar con las ayudas del paro agotadas y sin otra posibilidad de vida que la mendicidad y las ayudas sociales. Ante una situación tan extrema que incluso desbordaba mes a mes las mejores previsiones del gobierno socialista, Zapatero se vio obligado a llamar a Rajoy a La Moncloa para plantear una reforma laboral que aminorase el deterioro laboral existente, un apoyo en fase terminal que logró a regañadientes pero que sólo le sirvió para alargar su agonía política. Ahora, sorprende ver a todo un ex presidente del Gobierno implorar a los sindicatos que apoyen las medidas de su sucesor en materia de reformas laborales y en políticas de la UE, porque sabe que de no hacerlo así el PSOE se estaría condenando a vivir largos años en la oposición y prefiere una España saliente de la crisis que no heredar de nuevo un país agotado y sin fondos para las políticas sociales. El ya escampará es el mejor de los consejos que puede dar a los suyos y la reforma aprobada ayer es, si duda, el mejor antídoto para esta dura recesión que nos amenaza a todos, incluidos los propios socialistas. El papel de malos de la película se lo dejan a los sindicatos, pero éstos no son tontos y ya han aprendido la lección de que pueden apretar con movilizaciones, pero no con huelgas generales (aunque lleguen más adelante), porque la prioridad fundamental de los españoles es salir del agujero aunque sea por la puerta de atrás y poniendo la mejor sonrisa a las medidas más excepcionales que se conocen en la historia democrática en materia laboral. Las medidas aprobadas, un tanto espartanas ellas, deben producir efectos en materia de contratación en los próximos meses, pero para que eso sea posible se necesita de cierta relajación en la actividad política y más activismo en entusiasmar a los desempleados y a los creadores de Pymes y autónomos en general. El despido improcedente de 33 días y 20 para las empresas con nueve meses de pérdidas apunta en esa dirección de movilidad de personal, como también el hecho de que se indemnice a las empresas con contratos fijos con 3.600 euros para periodos de un año, o el que se puedan alternar ciertas actividades por horas o temporales con el cobro del subsidio de desempleo. De igual modo, el paquete de medidas que viene a revolucionar nuestro ordenamiento laboral facilita a las comunidades, ayuntamientos y administración en general fórmulas para remover al personal, bien con contrataciones «ad hoc» o ERES sin que se cumplan las autorizaciones previas de las administraciones, medidas todas ellas que deben facilitar la movilidad que se pretende. Mucho vamos a hablar todos de esta reforma en los próximos días, pero he querido hacerlo justo el día de su publicación en el BOE porque hoy mismo los sindicatos ya han convocado movilizaciones que mucho tardaron en llevar a cabo cuando los gobernantes provocaban decenas de miles de parados semanalmente. ¡No lo olvidemos!, porque quizás los sindicatos tengan alguna responsabilidad con ese 23 por ciento de paro actual. ¿No creen?