Sevilla

El Sevilla recupera su identidad y zarandea a un flojo Atlético (3-1)

El Sevilla pasó por encima del Atlético con buen juego, tres goles muy bien ejecutados y una mayor ambición en un partido en el que Manzano dio un repaso a Quique en todos los aspectos.

El Sevilla recupera su identidad y zarandea a un flojo Atlético (3-1)
El Sevilla recupera su identidad y zarandea a un flojo Atlético (3-1)larazon

Sin Godín, Reyes y Agüero los madrileños fueron una caricatura de equipo –a la que contribuyó su entrenador con sus miedos y su sistema– y el debut del técnico sevillista fue más placentero de lo esperado pese a que a última hora se le cayó Jesús Navas. Negredo, Perotti y Kanouté apretaron el gatillo ante De Gea y el Atlético vuelve a la cruda realidad de todos los años. Ni alternativa, ni nada. Un bloque apañado, aseado que cuando pelea con uno de su mismo nivel, como sucedió ayer, depende de muchos factores para hacer las cosas bien.

Y ayer, fue víctima del planteamiento. El trivote formado por Mario Suárez, Tiago y Assunçao no dio resultado y cuando quiso corregir su error el Atlético ya perdía por 2-0, había sido ninguneado por un Sevilla muy superior, que arriesgó con Kanouté, Negredo –espléndido partido del vallecano–, Perotti y Capel. Cuatro jugadores de corte ofensivo, con Renato de alimentador y Romaric de destructor. Y ellos crearon las ocasiones ante un Atlético que perdía la pelota con prontitud, que retrasaba mucho su defensa y que tenía una banda muerta, la izquierda con Antonio López y Fran Mérida. Tiago aportaba poco; Forlán sigue sin recibir un balón medio en condiciones y se desespera, mientras que Simao rindió más tras el descanso cuando tuvo detrás de él a Filipe Luis.

Porque en el descanso Quique rompió la pizarra y dio entrada a Filipe Luis y a Diego Costa. Se volvía al 4-4-2 y el Atlético espabiló una vez que Kanouté, perfecto y con criterio para jugar con los compañeros, marcó el tercero en otra torpeza de una defensa que echa de menos a Godín.

 El empuje de Diego Costa, que corre, pelea, hace faltas y pone cara de pocos amigos, y la profundidad de Filipe Luis, unido al bajón de juego sevillista, hicieron que el partido se equilibrara, que hubiera más alternativas en el juego en la media hora final. Fue Diego Costa el que movió todo el cotarro ofensivo del Atlético con su zancada y su buen salto. Palop le atrapó un buen cabezazo y Martín Cáceres y Alexis ya no vivieron tan cómodos como antes.

Eran las salvas de un Atlético al que el Sevilla tenía controlado porque los de Manzano manejaron el balón con más criterio, entraron por bandas y Negredo, al que Perea no vio nunca, se desmarcó con precisión para ganar la espalda a la defensa. Y es que el conjunto sevillista nunca se descompuso, mantuvo su línea en el centro del campo, y aunque Capel y Perotti perdieron gas siempre dieron sensación de peligro.

Del Sevilla de Manzano todas las conclusiones positivas. Del Atlético, nada bueno. Ayer era un partido de su Liga y lo encaró mal, con miedo y excesivas precauciones. La culpa habrá que anotarla en el debe de Quique. La plantilla, además, sigue siendo muy justa y en cuanto surge algún contratiempo el equipo se resiente mucho. El contratiempo del Pizjuán es que el Sevilla fue mejor.


El «mea culpa» del entrenador madrileño
El entrenador del Atlético, Quique, reconoció que el sistema que utilizó, de salida, fue un fracaso y «no salió bien». Argumentó que a la defensa le «faltó agresividad» para parar a un «buen Sevilla» y reconoció que su equipo «no entró bien en el partido. Además, los jugadores sevillistas ponían más agresividad en las segundas jugadas», lo que motivó que cobraran ventaja por lo que fue «muy difícil remar ante un equipo que sabe jugar en ese tipo de situaciones». Para él, que se autoculpó del mal juego del Atlético, las cosas mejoraron en la segunda parte.Por su parte, Manzano explicó que la victoria se fraguó en la «convicción de la idea trasmitida de que hay jugadores de un gran potencial y con ganas de triunfar».