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China fulmina a su estrella emergente

El Partido Comunista expulsa a Bo Xilai y le acusa de corrupción, abuso de poder y escándalo sexual. La purga coincide con el anuncio de la fecha del cónclave en el que se renovará la cúpula de poder

El ex dirigente de Chongqing podría enfrentarse a cadena perpetua de acuerdo a los delitos imputados
El ex dirigente de Chongqing podría enfrentarse a cadena perpetua de acuerdo a los delitos imputadoslarazon

Pekín-La cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) dejó visto para sentencia ayer el «caso Bo Xilai», el mayor escándalo que ha sufrido el país en décadas y en el que han quedado al descubierto algunos mecanismos de la hermética política china. Dejando atrás meses de rumores y tensiones, la agencia oficial Xinhua informó por la tarde de que el ex gobernador de Chongqing ha sido finalmente expulsado del partido y puesto en manos de la Justicia, acusado de un puñado de crímenes que en el gigante asiático se suelen castigar con severidad.

Las diferentes «familias» políticas que gobiernan la segunda potencia mundial parecen haber llegado a un acuerdo con el que dar carpetazo a un problema que les ha venido ocupando meses. Y, salvado el obstáculo, han conseguido consensuar también una fecha para celebrar su XVIII Congreso, en el que se concretará el rumbo del partido, así como la composición de su nueva cúpula. La cita tendrá inicio el 8 de noviembre. Llega con retraso: los servicios de cátering y los hoteles tenían todo preparado para celebrarlo a principios de octubre. Su convocatoria, se rumorea, ha quedado entorpecida por desequilibrios dentro del partido, surgidos tras la caída en desgracia de Bo Xilai, quien hasta hace un año era la estrella ascendente de la política china y que ahora se enfrenta al peor de los escenarios posibles.
Si es que alguna vez dieron batalla, sus partidarios y apoyos han sufrido una tremenda derrota. El descrédito y la humillación va mucho más allá del cinematográfico escándalo que desató la investigación iniciada en primavera. De acuerdo con el informe disciplinario que hizo público ayer el partido, «Bo violó seriamente la disciplina del partido cuando ejercía el mando en la ciudad de Dalian, la provincia de Laioning y el Ministerio de Comercio…», es decir, durante toda su carrera. Además, se le relaciona explícitamente con el asesinato por el que fue condenada su mujer, la abogada Gu Kailai; y se le considera culpable de aceptar sobornos, de otros delitos de corrupción, incluso de «mantener relaciones sexuales inapropiadas con muchas mujeres». El comunicado del partido concluye con una bronca moralizante: «Su comportamiento ha traído serias consecuencias y ha minado seriamente la reputación del partido y del país, creando un impacto muy negativo tanto dentro como fuera de China (…) que afecta a todos los chinos». Juristas chinos consultados ayer por LA RAZÓN aseguraban que las acusaciones y el tono son lo suficientemente fuertes como para mandar al patíbulo a Bo o, al menos, condenarlo a cadena perpetua.

La corrupción es, de hecho, una de las decenas de crímenes que se pueden pagar con la vida en el gigante asiático. Se espera que el juicio no se demore, incluso podría celebrarse antes del congreso. De lo que no cabe duda es de que quedan pulverizadas las ambiciones de un hombre que buscó hacer carrera ganándose al pueblo, al margen de las normas, lealtades y jerarquías del partido. Como quedan también huérfanos los entusiastas del «modelo de Chongqing», la mezcla de desarrollismo, nostalgia maoísta y políticas sociales que puso en práctica Bo en esa megalópolis del interior. Los medios de comunicación chinos ofrecieron ayer la noticia, pero no la convirtieron en una de las más importantes del día. Mientras, en las redes sociales, los mensajes sobre Bo se fueron repitiendo durante todo el día.

Un halo de misterio sobre Bo
El paradero de Bo Xilai ha sido una incógnita desde que fue apartado del poder y destituido como gobernador de Chongqing el 15 de marzo. Aunque se han difundido algunos rumores, no se le ha dado credibilidad a ninguno. Se espera que vuelva a aparecer públicamente durante el juicio que se celebrará para castigar los crímenes que le imputa el partido en su expediente disciplinar, aunque podría realizarse a puertas cerradas.