Tucson

Un agente de la Patrulla Fronteriza de EEUU muere y otro resulta herido en Arizona

Un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos murió y otro resultó herido por disparos este martes mientras se dirigían a un sensor terrestre que se había activado en una zona del estado de Arizona próxima a la frontera con México donde se trafica con drogas, según informaron las autoridades.

Según las autoridades, tres agentes estaban patrullando a pie a unos 8 kilómetros al norte de la frontera cuando se produjo un tiroteo de madrugada. "Mientras caminaban, informaron de que les estaban disparando", declaró la portavoz del sheriff del condado de Cochise, Carol Capas. "En este momento tenemos un sospechoso desconocido o varios", añadió, sin dar más detalles.
Los hechos sucedieron cerca de la localidad fronteriza de Naco, al sureste de Tucson, por donde se siguen introduciendo ilegalmente tanto marihuana como personas pese a que se ha construido una alta valla de acero a lo largo de la frontera.


Cuando los subordinados del sheriff llegaron al lugar, encontraron a un agente sin vida, a otro herido y al tercero ileso. En la localidad mexicana de Naco (al otro lado de la frontera), la Policía indicó que un grupo de soldados y policías federales y locales estaban intentando localizar a uno o varios sospechosos.


Los agentes se dirigían a un sensor que se activa cuando se producen movimientos o vibraciones en lugares por donde las autoridades creen que pasan traficantes de droga e inmigrantes indocumentados.


En menos de dos años han muerto cuatro agentes de la Patrulla Fronteriza en Arizona. La gobernadora de este estado, la republicana Jan Brewer, afirmó en un comunicado que se encontrará a "los responsables"del ataque del martes.


Brewer, muy crítica con la política de inmigración del presidente Barack Obama, señaló que hay que reaccionar con "enfado"ante "los errores de las autoridades federales y el estancamiento político que han dejado la frontera desprotegida y han puesto en peligro a la Patrulla Fronteriza".


La gobernadora firmó en 2010 una estricta ley con la que pretende reducir el número de inmigrantes indocumentados que entran en Arizona, donde actualmente viven unos 360.000.
Los detractores de esa ley, que incluye el requisito de que la Policía compruebe los documentos de cualquier persona de la que sospeche que podría estar ilegalmente en Estados Unidos, afirman que puede dar lugar a situaciones de discriminación racial.