Ahorro de diseño

Érase una vez un cerdito que quería ahorrar. Nació en Portugal hace siete años, pero pronto se hizo un poco español gracias a una madrina muy especial. Ágatha Ruiz de la Prada concibió su imagen. Después, el cerdito aprendió a jugar al fútbol, celebró la Navidad, se dejó pintar por los niños... así hasta diez versiones de este pequeño animal convertido en hucha, un proyecto que la diseñadora ha pilotado junto a la entidad bancaria portuguesa desde su nacimiento, hace siete años. «El lenguaje de los bancos estaba demasiado alejado de la infancia. Es muy frío y sin demasiada gracia para los niños. Con Ágatha conseguimos ese punto cercano y osado que la caracteriza, con colores y formas que forman un universo perfecto para los más pequeños», explicó Rita Torres, directora de marketing del banco Espirito Santo durante la presentación de la campaña en España. De esta unión entre diseño y finanzas comenzó la serie de huchas, el símbolo por antonomasia del ahorro, con su figura más representativa, el cerdito.

Por primera vez en España
La campaña fue un éxito. Tras abrir una cuenta e ingresar una pequeña cantidad, los niños recibían la hucha en cuestión en la que, poco a poco, iban juntando su dinero. El Espirito Santo estima que el proyecto supuso el ahorro de 208 millones de euros por parte de 210.000 niños en Portugal. «Es una forma de darles poder y, así, educarlos en una práctica tan buena como el ahorro. Creemos que pedagógicamente es bastante beneficioso para ellos», explicó Torres ayer durante la presentación de la nueva edición de la hucha diseñada por Ruíz de la Prada en exclusiva para esta entidad financiera.

Con el fin de celebrar esta décima edición del «porquinho» (cerdito en español), el Espirito Santo, que disfruta de un lugar muy destacado en la banca ibérica, ha montado dos exposiciones con las figuras del proyecto en distintos formatos dentro y fuera de su sede en Madrid. De esta manera, dos huchas gigantes presiden su entrada en la Calle Serrano, donde, por primera vez en España, se pueden apreciar los diseños de la modista hasta el próximo 20 de diciembre. «Es el banco más elegante del planeta. Todo lo hacen con un gusto exquisito. Además, para mí Portugal es un país muy importante, ya que el 80 por ciento de mi producción está allí. Estoy encantada de poder participar en esta iniciativa», comentó la diseñadora, quien aseguró que «ya estamos pensando en el diseño del año que viene. Es un desafío, pero, si me faltara, lo echaría mucho de menos», añadió.

Además, desde el inicio de la campaña, el banco ha desarrollado diversas actividades alrededor de esta iniciativa. Todos los años, sus responsables pueden comprobar en directo el efecto que las huchas tienen en los niños gracias a las actividades de pintura, deportes y juegos que se han organizado sobre el tema del ahorro.

Para que el alcance entre los más jóvenes sea mayor, el Espirito Santo también desarrolla campañas de responsabilidad social corporativa. De hecho, la entidad realiza contribuciones a instituciones dedicadas a la infancia. Así, el espíritu de Piggy, Oinc, Noel, Tintas, Bola, Baby y ahora también una entrañable abuela (los siete cerditos que completan la colección) podrán tener una labor pedagógica mucho más extendida.

Única solución
En tiempos de crisis, cuando la palabra ahorro se invoca constantemente desde todos los sectores como la única solución para salvar la situación actual y evitar futuras recesiones, la iniciativa del Espirito Santo cobra más sentido que nunca. Del mismo modo que la paga semanal tiene bastante sentido para los niños, el ahorro también debería tenerlo. Y si sobre sus mesas lo que hay es un colorido y original «porquinho» firmado por Ruiz de la Prada, la tarea parece mucho más sencilla.

-Una abuela con mucho estilo
Para esta edición del proyecto, la novena tras siete años de vida, Ruiz de la Prada y el equipo de marketing del Espirito Santo se preguntaron: «¿Cuál es la generación que más sabe de ahorro?». La respuesta fue clara: los abuelos. Con esta premisa, la diseñadora concibió la nueva pieza de la colección, una cerdita con unas graciosas gafas marca de la casa: la forma de dos corazones rojos, que también adornan su nariz. Un mandil azul y un pañuelo blanco en la cabeza completan el atuendo del que con toda probabilidad será el «porquinho» más famoso en Portugal estas Navidades, cuando el modelo se lance en el país vecino para el ahorro de los niños.