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«El separatismo va como un torpedo a la línea de flotación del bienestar»

Para Rajoy, proponer separaciones «no es una opción ideológica, es un disparate»

Rajoy, junto a la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, y el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti
Rajoy, junto a la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, y el líder del PP vasco, Antonio Basagoitilarazon

SAN SEBASTIÁN- Mariano Rajoy se metió ayer en territorio dominado históricamente por ETA, la parte vieja de San Sebastián, para apoyar la candidatura a lendakari de Antonio Basagoiti y para lanzar un mensaje de advertencia contra el separatismo, que, según dijo, atenta contra el bienestar de los ciudadanos. «Es un disparate que cuando en la UE estamos debatiendo para hacer más unión política y económica, cuando estamos hablando de unión bancaria y fiscal, otros estén planteando exactamente lo contrario de lo que estamos viviendo en un mundo que va hacia la integración y la unión y no hacia la separación», señaló, antes de enfatizar que quería «una España fuerte en Europa».

El presidente del Gobierno se refirió con orgullo a los quinientos años de historia de nuestro país, «el más viejo de Europa», dijo, y apeló a no ir contra el signo de los tiempos. «Hay algunos que no se han dado cuenta de que las fronteras tienen los días contados», manifestó. Según Rajoy proponer hoy separaciones «no es una opción ideológica, es un disparate de dimensiones colosales, que va como un torpedo a la línea de flotación del bienestar del conjunto de los ciudadanos, por eso nosotros apelamos al sentido común y a la lógica».

Mariano Rajoy paseó con tranquilidad por la parte vieja de San Sebastián, donde no hubo ninguna muestra de rechazo, porque en el entorno etarra ha circulado la consigna de mostrar su cara más transigente en esta campaña. Frente a la tranquilidad aparente, la preocupación de los empresarios guipuzcoanos, que, tras sufrir durante tres décadas al acoso de la izquierda abertzale, se enfrentan ahora a las imposiciones de los proetarras, con el agravante de estar ahora avaladas por las instituciones que dirigen: la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián.

El jefe del Ejecutivo hacía referencia al encuentro que mantuvo previamente en la Cámara de Comercio con cuarenta empresarios, convocados por las patronales vasca y guipuzcoana, Confebask y Adegi. «Aquí hay buenos trabajadores y empresarios que han hecho muy bien las cosas y tenemos que apoyarles porque ellos crean bienestar y empleo y nos proporcionan recursos a través de la fiscalidad».

Frente a la inestabilidad que, a su juicio, generan las reivindicaciones independentistas de los nacionalismos, Rajoy argumentó que su partido representaba estabilidad y la defensa de la Constitución española, como integradora de la pluralidad y como marco de convivencia, y también la del Estatuto de Guernica y la de la foralidad que, argumentó, «han proporcionado el mayor nivel de autogobierno en la historia del País Vasco».

El discurso de Rajoy, en un precioso claustro dentro del Museo San Telmo, donde acudieron personas que se identifican con el PP en territorio hostil, fue un alegato a favor de la unidad de España y del entendimiento y en contra de «las aventuras que –dijo– no conducen a ninguna parte».
 

 

Los verificadores, en campaña
El líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, no descarta que los verificadores entren en la campaña electoral vasca para defender la «victoria política de ETA», tal y como adelantó ayer LA RAZÓN. Tras el mitin en San Sebastián, Basagoiti dijo que «el trabajo de los verificadores está dirigido hacia que ETA consiga lo que defendió matando y el Gobierno no va a darles nada». Reiteró que los vascos sólo tienen dos opciones: la independencia que defiende el PNV o el proyecto del PP. Del PSE, ni palabra.