La amabilidad de los extraños

Los pequeños pueblos pueden llegar a ser bastante claustrofóbicos. Son microcosmos cerrados difíciles de interpretar. Pero, claro, a veces sólo hace falta abrirse a la amabilidad de los extraños. Eso es lo que le ocurre a Colm Meaney en «El perfecto desconocido», ópera prima del director Toni Bestard. El actor de «Café irlandés» interpreta a un misterioso hombre que se instala en una localidad de Mallorca con un propósito secreto. «La película tiene algo de autobiográfico, un reflejo de la isla que yo he conocido, de sus familias típicas, de su gente, en forma de fábula sobre cómo vencer la incomunicación», señala Bestard.

Demonios internos
En el pueblo, el protagonista, sin hablar ni una palabra de español, irá topándose con diferentes personajes del municipio, cada uno con sus propios demonios dentro. Esos encuentros acabarán por cambiar la vida a todos. «Estoy cansado de la imagen típica del mallorquín como una persona cerrada, precabida. Con el turismo, esto ha cambiado mucho y quería dar las dos caras», afirma Bestard.

El proyecto nació en 2004, pero la irrupción de la crisis le obligó a retrasarlo en múltiples ocasiones. Por el camino, cinco versiones del guión, una lista de 15 autores para el papel protagonista y muchos meses de nervios. «No son tiempos fáciles para este tipo de cine, de autor, y más para un realizador novel. Creo que para la segunda tendré que emigrar a los Estados Unidos o América del Sur, como han tenido que hacer muchos otros», asegura Bestard.

La clave del proyecto fue tener a Colm Meaney. Aun así, le costó dos años iniciar el rodaje después de conseguir su participación: «La verdad es que vive en Mallorca, a sólo cinco kilómetros de mi casa, así que conseguimos su teléfono, quedamos en su casa y hemos acabado por ser grandes amigos», explica el director. El actor, en la vida real, tampoco habla nada de español, así que durante el rodaje se sintió como su personaje. Eso sí, se involucró al máximo.

El detalle
ISLA DESEADA
Robert Graves (en la foto) es uno de los muchos artistas e intelectuales que se han sentido atracción por Mallorca. George Sand, Chopin, Michael Douglas, George Bernanos, Anais Nin...
 la lista, sí, es infinita.