Nostalgia de futuro

Representaban el sueño de la prosperidad, el futuro amable y optimista con el que coqueteaba una sociedad herida por el temor a una nueva guerra, mientras veía con recelo a la Unión Soviética y su frenética carrera por conquistar el espacio. Tal día como ayer, se estrenaba en el «prime time» de una noche de domingo «Los Supersónicos» («The Jetsons»), una serie de dibujos animados que contenía todos los «gags» de una clásica «sitcom», pero que nacía con la ambición de finiquitar el aspecto monocromático de la sociedad norteamericana: producida y transmitida en color, fue la primera serie que la cadena ABC emitía en este formato, pero sólo algunos privilegiados pudieron conocer en todo su esplendor a esta familia que durante décadas fue, para la gran mayoría, una serie más en escala de grises –en 1962, apenas un 3% de los hogares estadounidenses tenía un televisor en color, una cifra que aumentaría hasta el 50% diez años después–.

Las continuas reposiciones de los dibujos, que se extendieron durante las décadas de los 70 y 80, ayudaron a superar este defecto y, al mismo tiempo, crearon la ilusión de una ficticia longevidad: originalmente, «Los Supersónicos» sólo vivieron una temporada, sin embargo, aquellos 24 episodios amenizaron una y otra vez la infancia de varias generaciones (más tarde, entre 1985 y 1987 se crearon 51 capítulos nuevos). Tanto es así que, según afirman en un reportaje del magacín digital «The Smithsonian», que recoge «The Hollywood Reporter», la serie «es una pieza clave en el futurismo del siglo XX y ayudó a definir la percepción de muchos estadonunidenses».

Símbolo del mañana
Más allá de su influencia en el aspecto icónico, el artículo recoge que la serie, «para bien o para mal, ha tenido un profundo impacto en la forma en que los estadounidenses piensan y hablan sobre el futuro y no hay un punto de referencia ni un símbolo del mañana que haya sido más popular que "Los Supersónicos"». Algo que demuestra el ranking que en 2004 elaboró «TV Guide», en el que el patriarca de esta moderna familia se situaba en el cuarto puesto entre los 25 personajes de ciencia ficción más legendarios (le ganaban clásicos como «Star Trek», pero superó a la temible Diana de «V»).

En plena Guerra Fría, sus creadores supieron conciliar los anhelos futuristas y el modo de vida americano, marcado por una sociedad de consumo perfumada con promesas de libertad y modernidad. Con la esperanza de adelantarse en la carrera hacia la Luna –Kennedy había anunciado el proyecto un año antes–, aquella familia del año 2062 que vivía mejor gracias a los adelantos tecnológicos, no parecía una fantasía, «era una una promesa de futuro».
Sí. «Los Supersónicos» cumplen 50 años, aunque nunca parecen envejecer. Lástima que no se puedadecir lo mismo de aquellos niños que crecieron soñando que algún día su coche se convertiría en un maletín con sólo apretar un botón.

Modernos, pero tradicionales
La cama-tostadora –algo incómoda– te lanzaba directamente al aseo, en el que te cepillaba los dientes una máquina autómata, y había cintas transportadoras que te llevaban hasta la oficina. Era una vida de modernos, pero muy tradicional: George era el que trabajaba fuera de casa, mientras su mujer, una loca por las compras, se quedaba al cuidado del hogar. Eso sí, ayudada por Robotina, su sirvienta robot (en la imagen).