Los pies por Marina CASTAÑO

El universo del fetichismo es tan amplio como el de los fetichistas. Hoy analizamos el fetichismo de los pies, hacia el que se inclina un porcentaje más alto de hombres (70 por ciento) que de mujeres. Para de ello, nada mejor que echar mano del padrecito Freud, referente indispensable a la hora de explicar los enigmas de la mente , que consideraba que el acto de vendar los pies en Japón era de síntoma fetichista.

También proponía la hipótesis sobre la experiencia del niño con su madre, que podría involucrar la adoración por su pie: todos observamos que los bebés juegan con sus diminutas extremidades, llevándoselos a la boca y chupando sus deditos. Cuando somos adultos los cuidamos y, en el caso de las mujeres, los adornamos pintando las uñas para que resulten atractivos.

Y es que, al igual que otras zonas erotizantes, descubrir los pies podría producir una excitación similar a la de un escote femenino muy pronunciado. Item más: las partes del cuerpo que producen olor, consecuencia del impacto de las feromonas, pueden resultar atractivas aunque nos choque, y, en consecuencia, el olor de los pies pudieran producir excitación sexual, al igual que el de la vagina, por poner un ejemplo. No es raro encontrarnos con algún anuncio publicitario basando su lado sensual en un masaje a los pies, o en el beso a un zapato, o en la succión del tacón. Un universo amplio, como decíamos antes, e imposible de abarcar.