Motociclismo

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Márquez se apunta al Mundial

«No quiero pensar en el Mundial», dice Marc Márquez, que asimila con disciplina los consejos de Emilio Alzamora. Su jefe de equipo repite la misma frase cuando le preguntan si su piloto tiene opciones de título en su debut en Moto2.

Márquez, Bradl y Smith, durante la carrera de Moto2 en Mugello
Márquez, Bradl y Smith, durante la carrera de Moto2 en Mugellolarazon

Decir otra cosa sería poner demasiada presión encima de su chico, que es tan bueno que es capaz de todo aunque sea un recién llegado. Ayer sumó su segunda victoria consecutiva y el líder Bradl ya tiene muy claro que va a tener que sudar para ser campeón. Su plácido comienzo de curso se ha terminado y, aunque tiene todavía mucha ventaja, Márquez le amenaza. El triunfo de ayer fue de los que pesan, porque Márquez se enfrentó cara a cara al mejor del año y pudo con él. «Habíamos entrenado en Mugello antes y esto nos daba ventaja», insistía Alzamora, para que no se sacasen de quicio las conclusiones positivas.

Pero la verdad es que el «niño» se ha centrado después de varias caídas y a talento y valentía no le gana casi nadie: «Al principio fue un poco difícil, pero va siendo más fácil y vamos cogiendo el tacto a la categoría. La clave hoy (por ayer) ha sido tener la moto más rápida, por eso doy las gracias al equipo», explicaba Marc tras su segundo triunfo seguido. Todavía le separan 52 puntos (más de dos carreras) del liderato y puede pagar su falta de experiencia en la siguiente cita, pero de lo que no hay duda es de que va para figura, porque casi sin pretenderlo se ha apuntado a la lucha por el Mundial.

Terol, a una mano. Ocho días antes, mientras sus rivales se jugaban la victoria en Assen, Nico Terol estaba en el quirófano del doctor Mir para que le reconstruyeran el meñique de la mano derecha. Ayer, con el dedo hinchado, como un dátil, y los puntos todavía frescos, el líder de 125cc se dio el gustazo de regresar ganando y poner otra vez las cosas en su sitio en la categoría pequeña. El piloto del equipo Aspar frenó un poco la rebelión que había puesto en marcha Maverick Viñales, que sigue dando pistas de su calidad. Con muy pocas vueltas a un trazado tan complicado como el italiano, se subió al tercer cajón del podio, un lugar que empieza a ser habitual para él.