España

ANÁLISIS: Señales negativas por Miguel Pajares

La Razón
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- ¿Se ha pasado del efecto llamada entre los inmigrantes al sálvese el que pueda?
–En los últimos años me he cansado de repetir que estábamos recibiendo la población que la economía demandaba. Con un crecimiento económico vertiginoso, con sectores en los que se demandaba mucha mano de obra, es normal que se produzca una fuerte llegada de extranjeros, al calor de la oferta. En cuanto el ritmo bajase, se reduciría la inmigración. Ahora estamos en ese punto. Ha quedado claro que no había que tener miedo a la llegada de extranjeros y ahora esto ha quedado patente con la crisis.

-¿Qué perspectiva se vislumbra para los próximos años?
–Pasarán bastantes años hasta que vuelva a haber una fuerte llegada de extranjeros, situación que estará muy vinculada a las necesidades de mano de obra especializada en nuestro país. Lo que queda claro es que, a pesar de que siguen llegando, la dinámica de llegadas masivas ha desaparecido.

-¿Los datos del INE reflejan la realidad migratoria?
–En parte, sí. Los datos de empadronamiento que utiliza el INE para realizar sus trabajos son buenos para hacerse una idea de los extranjeros que residen en España. En cambio, no son buenos para detectar a corto plazo los inmigrantes que se van del país. Según el padrón, en los dos últimos años la población foránea ha aumentado. En cambio, la realidad dice que son muchos menos que hace uno o dos años.

- ¿Es bueno que un país con altas tasas de desempleo sufra una caída de la población?
–Nunca es positivo el descenso de la población en un país, aunque tenga un 20 por ciento de parados. En estas situaciones, los que suelen salir no son los parados, sino los profesionales más cualificados, los emprendedores o los innovadores.

Miguel Pajares
Doctor en Antropología Social de la Univ. de Barcelona