Benedicto XVI

El Papa llama al ayuno la limosna y la oración

En Cuaresma, propone «nutrirse de la Palabra de Dios»

Benedicto XVI: «El ayuno también es llevar una vida más sobria»
Benedicto XVI: «El ayuno también es llevar una vida más sobria»larazon

Benedicto XVI dedicó su catequesis de ayer, Miércoles de Ceniza, a proponer una Cuaresma centrada en la limosna, el ayuno, la oración y la Palabra de Dios, y en un redescubrimiento del Bautismo. El ayuno, explicó, «significa la abstinencia de la comida, pero comprende otras formas de privación en aras de una vida más sobria». «No ayuna de verdad quien no sabe nutrirse de la Palabra de Dios», detalló el Pontífice. Recordó además la frase de San Agustín –teólogo muy de su gusto– que afirma que el ayuno y la limosna son «las dos alas de la oración», que le permiten alcanzar mayor impulso y llegar a Dios. «La Iglesia sabe que, por nuestra debilidad, es muy fatigoso hacer silencio para ponerse delante de Dios», admitió el Papa. Aun así, animó a «una oración más fiel e intensa y a una meditación prolongada sobre la Palabra de Dios».


Hacia la Pascua y el bautismo
El Papa explicó que los evangelios que se leen en los próximos cinco domingos «se toman precisamente de la tradición antigua, que acompañaba al catecúmeno en el descubrimiento del bautismo». Es común que en la noche de Pascua se bauticen muchos adultos en todo el mundo, o que cristianos de otras confesiones sean aceptados en el catolicismo: la Cuaresma es un periodo de preparación para ellos, pero también para los católicos «de toda la vida». En todo el mundo, millones de fieles acudieron ayer a los templos a recibir la imposición de la ceniza en la frente, una sustancia hecha con cenizas de las palmas del Domingo de Ramos. Al recibirla, el sacerdote o ministro que la impone dice: «Conviértete y cree en el evangelio» o bien «polvo eres y en polvo te convertirás».

El Papa recibió la ceniza en la Basílica de Santa Sabina, de manos del cardenal Jozef Tomko, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Después, él impuso la ceniza al cardenal Tomko, a otros obispos y a diversos fieles.