Athletic de Bilbao

1600 por Julio Merino

La Razón
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Acababa de cumplir 39 años y era famoso por sus canciones y romances y vivía en su Córdoba natal. «Córdoba y 3.000 ducados de renta en mi patinejo, mis fuentes, mi previario, mi barrero y mi mula...» le había escrito a un amigo. Fue cuando Góngora dio a conocer una de sus famosas copillas. Aquella que le dedica a un sacristán: «Los dineros del sacristán/ cantando se vienen y cantando se van./ Herencia que a fuego y hierro/ malogró cuatro parientes,/ halló al quinto con los dientes/ peinando la calva a un puerro;/ heredó por dicha o yerro,/ y a su gula no perdona;/ pavillos nuevos capona/ mientras francolines ceba,/ y al fin, en su mesa Eva/ siempre está tentando a Adán./ Los dineros del sacristán/ cantando se vienen y cantando se van».