«Necesitamos con urgencia que llueva» dicen los guardias forestales

Madrid- El «registro mental» de los guardias forestales no falla: este año es excepcional. «Necesitamos con urgencia que llueva en marzo. Y si no, habrá que redoblar los esfuerzos», explica a este diario Ferrán Almansa, presidente de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales. Cierto es que estamos lejos del riesgo máximo. O lo que los agentes forestales conocen como los «tres treintas»: 30 grados de temperatura, vientos de 30 kilómetros por hora y humedad por debajo de 30 grados. Pero «si no hay lluvia, nos podemos encontrar una vegetación mucho más predispuesta a quemarse», añade.

Almansa explica que, con la sequía y la consecuente falta de lluvia, la vegetación pierde humedad. «Al no haber agua, no hay humedad ambiental y, por tanto, pierde contenido hídrico. Cuando esto ocurre, el combustible se seca y es más fácil que arda». Por combustible entendemos toda aquella vegetación herbácea, arbustiva y herbórea
Cierto es que sobre la climatología «no pueden actuar». Sin embargo, las medidas preventivas ya se han puesto en marcha en varias comunidades. Incluso antes de tiempo. «En Cataluña han adelantado un mes el protocolo contra incendios, que empezaba el 15 de marzo».

¿Cómo actúan los guardias forestales? Durante estas fechas, mantienen limpios los matorrales y los podan para que sólo quede hierba en la superficie; reducen el nivel de vegetación; y, sobre todo, transmiten la sensación de que no hay que jugar con fuego. Porque, dejando aparte los casos protagonizados por pirómanos e incendiarios, «la mitad de los incendios viene por negligencias», asegura. No es raro el caso del agricultor que incendia un margen de matorral y, después, se va a comer. Las colillas pueden ser fácilmente recalentadas por el calor. E incluso algo tan aparentemente inofensivo como la chispa que se desprende de un radial puede originar un incendio. Por ello, las medidas adoptadas por Medio Ambiente «no son por prudencia; es algo obligatorio».