Alicante

El clan Troitiño: los pata negra de ETA

Los hermanos son una referencia para el mundo abertzale. Los dos suman 43 asesinatos

020nac17fot4
020nac17fot4larazon

Guipúzcoa- Parece que se hubieran puesto de acuerdo. «Yo vivo aparte de eso» es la frase que utilizan los paseantes del barrio residencial de Intxaurrondo (San Sebastián) cuando se les pregunta por la familia Troitiño. «Si eso, pregunta por ahí», apunta alguno que otro.

«Por ahí» es la zona vieja. La perla etarra dentro de la ostra donostiarra. Donde la familia palentina Troitiño tiene asentado su «feudo». Los carteles pegados en los muros, pidiendo la amnistía de los presos y dando la bienvenida a Antonio, lo cuentan. Antonio Troitiño. Uno de los etarras más sanguinarios de ETA, que la semana pasada salió de la cárcel de Huelva sin cumplir su condena completa por aplicarle el Tribunal Constitucional el doble cómputo de la prisión preventiva. «La familia Troitiño es un referente para los abertzale. Pero tienes que estar dentro del círculo; fuera nadie sabe nada», dice un vecino. El clan llegó a San Sebastián por los años 60. Ramón, el padre, casado con Salvadora, fue un ferroviario ferrolano del que se comenta estaba «enchufado» por Franco.


Currículum sanguinario
La hermana de Troitiño es clara. Lleva su negocio en el barrio de Bidebieta, pegado a Intxaurrondo. Un estanco donde, al entrar, se la ve detrás del mostrador jugando con la niña pequeña de una clienta. «¿Por qué no nunca me sonríes? Que yo no soy ningún monstruo» le increpa sonriente a la pequeña. Muy tranquila y educada, contesta a la pregunta. «Yo entiendo que es tu trabajo, pero soy la persona menos indicada para hablar de esto. Mi familia está bien y mi hermano muy tranquilo». Y añade: «Con la conciencia muy tranquila».

Su hermano, de 53 años, participó en el asesinato de 22 personas. Por ello se le condenó en 1989 a más de 2.700 años de cárcel. Su currículum de los años 80 es de valorar: participó en el atentado de la plaza de la República Dominicana, en el que murieron 12 agentes y 40 personas resultaron heridas; se le relacionó con el asesinato del coronel Romero y su conductor, se le culpó por el asesinato del vicealmirante Fausto Escrigas, de cinco guardias civiles en Madrid, del coronel Carlos Vesteiro; del comandante Ricardo Saénz de Ynestrillas y del soldado Francisco Casillas, entre otras «labores».

A pesar de las medallas que le cuelgan los suyos, no es el único que destaca en la familia Troitiño. Su hermano Domingo, alias Txomin, que no ha tenido la misma suerte que él –cumple condena en La Coruña de 794 años de cárcel por ser el autor del atentado contra el Hipercor de Barcelona, que causó 21 muertos y 45 heridos– es un gudari muy respetado entre el mundo abertzale por su fama de frío e inteligente, más reflexivo que su hermano. En 1995 una fuente policial lo describió ante los periodistas Pablo Ordaz y Francisco Peregil como «un padre franciscano». A pesar de que Antonio fuera el primero en simpatizar con los movimientos independentistas, cuentan que, de no haber sido detenido, Txomin hubiera podido formar parte de la dirección de la banda.

Con unas referencias así, Jon Joseba Troitiño Ciria, hijo de Txomin, ha seguido los pasos de sus mentores. Vive con su madre, Marian, en la calle Txaparrena de Intxaurrondo, según informa un señor mayor de la zona. «Y no le guarda precisamente la ausencia a su marido», añade socarrón.

Jon, a sus apenas 31 años, «reside» en la prisión de Alcalá Meco. La fiscalía pide 268 años de cárcel para el sucesor del legendario clan etarra, que en 2005 fue detenido por ser uno de los terroristas que colocó dos bombas en la habitación de los hoteles Bahía de Alicante y Nadal de Benidorm, hiriendo a 13 personas.

En este caso, sí es Jon el que ha cobrado protagonismo en la familia. Su hermano Mattin, de 26 años, permanece «detrás» de su hermano mayor.


Sombra de su padre
Jon quiso seguir los pasos de su padre muy joven. A los 18 años participó en la quema de dos sucursales bancarias de San Sebastián y en el incendio de la Casa del Pueblo en Altza. Golpe en el que se demostró su inexperiencia. Incendiaron la sede socialista y huyeron en motocicletas, olvidando un pequeño detalle: las matrículas los identificaron.

Así las cosas, el hijo del mítico Txomin no ha conseguido sembrar la fama de su padre. «Quiso crecer demasiado pronto y se perdió por el camino», sigue informando el señor mayor. «Debió ser más cauto teniendo en cuenta la fama de Txomin».

No es fácil superar el honor al apellido Troitiño. Cuando apenas tenía cuatro años sus «referencias» mataron a Ángel Zapatero, y a los siete su padre ingresaba en la cárcel de Las Palmas por el atentado en Hipercor, el más sangriento de la historia de la banda. Prueba de ello es el homenaje que la madrugada del pasado jueves le reservaron los abertzale a Antonio, en la que 200 personas le acogieron entre gritos de «GORA ETA». Son pata negra.


Dos generaciones de asesinos
Hermanos «legendarios»
Antonio y Txomin han cometido los atentados más sanguinarios de ETA. El primero participó en el atentado de la República Argentina en Madrid, y Txomin en el de Hipercor en Barcelona.
749 años en la cárcel
- Son los que pidió la fiscalía para Txomin. Pudo ser liberado en 2006 pero el TS lo impidió