Barcelona
Interior vuelve a ceder las calles a los «indignados»
Los «indignados» volvieron a tomar ayer las calles de Madrid y otras ciudades, esta vez en contra del pacto firmado por PP y PSOE para realizar una reforma en la Constitución sobre el límite del déficit y de la deuda pública.
Como ya hicieran con la Puerta del Sol durante una acampada que duró tres meses consecutivos, ayer, algo más de mil personas, convocadas a través de las redes sociales, se manifestaron desde la madrileña estación de Atocha hasta la Puerta del Sol, cortando el Paseo de la Castellana y portando carteles contra ambos partidos, entidades financieras y con banderas republicanas. Lo hicieron frente a algunas dotaciones de la Policía -un número muy inferior al de otras manifestaciones del 15-M- que no intervinieron en la marcha, a pesar de que ni siquiera tenía un recorrido fijado previamente. Según informó Ep los agentes antidisturbios ya habrían recibido varias comunicaciones internas, por escrito, en las que se les ha pedido «no hacer filtros» y «mantenerse a distancia» para evitar incidentes.
Bajo el lema «¡El pueblo también cuenta, referéndum ya!» y «Rubalcaba tienes un marrón», 1.200 personas, según la Policí, se concentraron en Atocha y marcharon hasta Sol, donde leyeron un manifiesto en vídeo-conferencia con los «indignados» griegos y volvieron a celebrar una «asamblea general». En ésta anunciaron nuevas concentraciones contra la reforma constitucional y volvieron a llamar a la «no» participación en las urnas el próximo 20-N, como ya lo hicieron en sus inicios en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 22 de mayo.
De forma paralela a Madrid, varios centenares de simpatizantes del 15-M se concentraron en Valencia y otros tantos en Barcelona para pedir un referéndum previo a la reforma constitucional.
El consejero de transportes del Gobierno de Esperanza Aguirre, Antonio Beteta, denunció ayer la «permisividad» y el «trato de favor» de Interior hacia los indignados y exigió al ministro Antonio Camacho «tolerancia cero» frente al incumplimiento de la ley.
Una trayectoria «impune»
- El movimiento 15-M instaló sus tiendas de campaña en la emblemática Puerta del Sol y se mantuvieron impunes durante tres meses, ocupando la vía pública.
- Los «indignados», antes de la campaña electoral, llegaron a acosar y zarandear a los diputados del Parlamento catalán y, tras el 22-M, intentaron asaltar el Ministerio del Interior
- En su última actuación, se unieron a una marcha laicista que acabó con golpes e insultos a los peregrinos que participaban en la JMJ.
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