Ángel Sastre

Los bolsillos mandan

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CIUDAD DE MÉXICO- Los cuatro candidatos cerraron ayer una campaña que tan sólo duró tres meses, el período más corto en la historia reciente del país. No sólo fue una campaña exprés, sino que también fue una campaña donde la economía apareció como uno de los temas centrales, eclipsando la cuestión de la seguridad.

Cada candidato eligió terreno seguro. El favorito, Enrique Peña Nieto (PRI), eligió Toluca, capital del Estado de México, del que fue gobernador, para ofrecer un mitin de despedida. Por su parte, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierda, organizó en la capital una marcha que salió del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, donde ofreció el último mitin para intentar convencer a los indecisos.

Así que los candidatos optaron por centrarse en el bolsillo de los mexicanos. Supuestamente, la Presidencia de Calderón iba a estar marcada por la estabilidad macroeconómica, altos niveles de crecimiento y un bajo desempleo. Sin embargo, ha logrado unos resultados con altibajos. El crecimiento económico de México permaneció atascado en el 2,5% por año, con alrededor del 30% de la población mexicana en la extrema pobreza. Los fracasos de las distintas administraciones del PAN para solucionar los problemas económicos de México se reflejan en los sondeos, que sugieren que los mexicanos están tan preocupados por la economía como por la seguridad pública y la violencia de las drogas. Esto los ha llevado a rechazar al PAN y a mostrar su apoyo al PRI.

Peña Nieto promete salarios más altos, más empleos y mejores servicios sociales, mientras que López Obrador pregona un mensaje de «esperanza para todos, pero sobre todo para los pobres y los que no están representados». La candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, ha intentado hacer hincapié en que ella «es diferente» de sus predecesores.

Muchos analistas creían que la guerra contra el narcotráfico, que ha causado más de 50.000 muertes desde 2006, sería el tema central de cara a las elecciones. Aunque los candidatos han hecho frecuentes referencias a la necesidad de mejorar la seguridad pública y reducir los niveles de violencia, éste ha sido sólo un asunto entre tantos. Parte de la explicación de que sea así reside en el hecho de que nadie tiene soluciones claras para combatir el crimen. Por otro lado, todos los partidos se han visto envueltos en algún escándalo que los relacionaba con el «narco».

Por ejemplo, Vázquez Mota se ha ido diluyendo en las encuestas. A la candidata oficialista le pesa, y mucho, la herencia de sangre dejada por Calderón. Tampoco han faltado los escándalos. De hecho, el propio PRI pidió investigar un presunto préstamo de aviones en el 2010, propiedad de Francisco Colorado, empresario que es investigado por EE UU por lavar dinero para «Los Zetas», a la ahora aspirante panista.

«Se puede indicar que Peña Nieto no tiene intención de alejarse demasiado de la alianza de lucha contra el crimen que se establece entre México y EE UU bajo el presidente Calderón», señaló el analista mexicano Carlos Pérez a la RAZÓN. Precisamente, en el último tramo de su mandato, Calderón no ocultó su preocupación por los posibles pactos del PRI con los cárteles de la droga.

A López Obrador en todos lados le realizan la misma pregunta: «¿Cómo va a combatir el narco?» y el responde que con desarrollo social y escuelas. «Es un mensaje para estas personas que saben que el fuego no se combate con fuego», dice. «El temor que despierta el PRD es que su candidato sea demasiado blando», nos comenta el politólogo de la Universidad de México Wilson Cabrera.

Además, varios alcaldes del PRD coquetearon con los bajos fondos, llegando a planear asesinatos de rivales políticos. En esta campaña ningún partido tiene el expediente limpio, hablemos de la economía…