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El patio de Monipodio por José Manuel Mateo Navarro

La Razón
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Desde que la Consejería de Empleo asumió las competencias de formación hace una década ha volado una cantidad ingente de dinero de las arcas públicas que no se han destinado precisamente a la mejora del empleo en Andalucía. El Sindicato Andaluz de Funcionarios de la Junta de Andalucía ya denunció aquellos famosos cursos que FAFFE organizó a Delphi que maquillaban el tráfico dudoso y fácil de caudal público. Éste fue uno de los primeros escándalos que abrió la veda a muchos otros.

Bajo la falsa esperanza, cruel en esta época de sequía laboral, de incentivar el empleo, la Junta, sus sindicatos y sus empresas públicas, ahora agencias, han montado un tinglado que no ha cumplido, ni estadísticamente, los objetivos perseguidos. Andalucía posee el palmarés de desempleados más alto de España, con 1.200.000 parados. Es fácil pensar que se ha pasado de la creación de empleo al levantamiento de un auténtico imperio millonario que llena algunos bolsillos y vacía las expectativas de trabajo de los andaluces.

Es casi imposible estimar la partida económica destinada a esta maraña de cursos y planes de formación. Consultado el BOJA, más de 150 millones de euros se han repartido en esta materia concreta durante 2011 entre los dos sindicatos afines al Gobierno andaluz, la CEA y las fundaciones públicas FAFFE y Andalucía Emprende.
Desde el Sindicato siempre reivindicamos la lógica en estas inciertas actividades que salpican ahora a los ERE, al «caso Mercasevilla» o a las ayudas de empleo concedidas por la Unión Europea. ¿Cuántos puestos fijos se crearían, mantenidos más de treinta años, con sólo 150 millones, erigiendo el verdadero empleo público en igualdad de condiciones para todos? Este desvío de capital a planes ineficaces responde a una estrategia clara para eludir controles económicos y financieros. ¿Por qué los funcionarios no han estado en la gestión de estas importantísimas actividades impulsadoras del empleo? Porque son una figura molesta, una mirada escudriñadora para los gobernantes que prefieren otro tipo de Administración al servicio del interés del partido y no del general.

Quizá la Consejería de Empleo se haya convertido en el nuevo «patio de Monipodio» y esto sólo sea la punta del iceberg de la política económica y laboral llevada a cabo por unos gestores ineptos y sedientos de riqueza. ¿Y las responsabilidades de los culpables? ¿Qué hubiera ocurrido si estas actuaciones fueran orquestadas por funcionarios? Les habrían expedientado, condenados a restituir el daño ocasionado y puestos en la calle.

 

José Manuel Mateo Navarro
Presidente del Sindicato Andaluz de Funcionarios de la Junta de Andalucía