Educación

No es un día de fiesta

La Razón
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Lo que no se puede negar es que este año los alumnos se han aplicado y, otras cosas no sé, pero el significado de «indignados» lo han aprendido de memoria y a velocidad de vértigo, casi como antiguamente se asimilaba el padrenuestro: de carrerilla y sin saber muy bien lo que realmente significaba.
El sindicato de estudiantes (espero que no aprendan de los sindicatos de trabajadores donde el líder lleva chófer) ha convocado una huelga. Y muy bien que hacen porque tienen ese derecho amparado por la Constitución, la misma que ampara también obligaciones, pero se ve que ésas todavía no se han dado en clase.
Se merecen una educación digna, y eso incluye también profesores dignos que no politicen los derechos constitucionales, como el de huelga, ni tergiversen la realidad ni manipulen a sus estudiantes.
Si los alumnos tienen preparación para ejercer su derecho a la huelga también deben tenerla para argumentar qué derechos creen que se les vulnera y qué piden exactamente, sin caer en lo que les viene dado sin más. Por ejemplo, el derecho a que en los centros públicos se controle como en los privados el absentismo de los profesores y que, sobre todas las cosas, se garantice su derecho a recibir la clase.
La huelga en una herramienta para conseguir un fin, a ser posible, no partidista. Convendría que expusieran sus fines (muy diferentes a los de los docentes y mucho más a los de los políticos, causantes de la situación en la que están) y que la mayoría no tomase el ejercicio del derecho de huelga como un día de fiesta. Si no se lo toman en serio ellos…