Libros

Melilla

Las vacaciones de «monsieur» Moratinos

El titular de Exteriores celebró con unos amigos el cumpleaños de su mujer en la localidad donde reside su suegra.

Moratinos, de vacaciones en la ciudad de Le Change, en Dordogne, al suroeste de Francia, donde vive su suegra
Moratinos, de vacaciones en la ciudad de Le Change, en Dordogne, al suroeste de Francia, donde vive su suegralarazon

MADRID- Entre «tranquilos» paseos por los valles de sur de Francia con su mujer, su suegra, algunos amigos y leyendo «Viaje al final de la noche», de Louis–Ferdinand Célin. Unas idílicas vacaciones que disfrutó desde el pasado día 31 y que tan sólo fueron interrumpidas por la oleada de incidentes en la frontera de Melilla, de los que estuvo «permanentemente informado», tal y como aseguró su portavoz mientras el titular de Exteriores seguía en la casa de Le Change en Dordogne, en el país vecino.

Un periodista del diario francés SudOuest dio con él en una de las zonas más turísticas del sur de Francia donde disfrutaba de su tiempo libre y donde, además, celebró el cumpleaños de su mujer rodeado de familiares y amigos a bordo de un crucero por el río Dordogne.

La elección del lugar no es casual, ya que es allí donde vive su «preciosa suegra», tal y como la define el diario francés, Micheline Maunac, quien asegura hacer de «telefonista» para el ministro. La mujer también se queja en broma de que cuando es ella la que intenta hablar con su yerno «la mayoría de las veces no está».

Muy relajado y entre bromas, el titular de Exteriores no dudó en explicar al diario galo cómo conoció a su mujer hace ahora cuatro décadas en Cambridge –aunque llevan casados 35– o la emoción que sintió al ver ganar a «La Roja» desde una gran pantalla en Cuba, sentado al lado del propio Raúl Castro.

«Estaba muy cómodo y relajado. Además, fue muy amable con nosotros», aseguró en conversación telefónica con LA RAZÓN el periodista Alain Bernard, autor de la entrevista. El encuentro tuvo lugar hace aproximadamente diez días, cuando el Sindicato Unificado de Policía ya había denunciado las agresiones a las mujeres policía en la frontera con Marruecos.

Entre los temas de la entrevista, la lucha contra ETA o su experiencia como representante europeo en Oriente Próximo. Entre el transcurso de las preguntas del periodista suena el teléfono de Moratinos. Él descuelga y habla. El redactor le pregunta inocentemente: «¿Era Obama». A lo que él contesta con humor: «No, era mi colega de Serbia». Mientras, muy lejos de Serbia, en España crecía la tensión con Rabat y la embajada seguía sin representación exterior.

Pero ese no era el tema de la entrevista. Preguntado por si legustaría ser el nuevo ministro europeo de Asuntos Exteriores Moratinos contesta que eso no le corresponde a él decirlo.

Durante sus vacaciones sus escoltas «le dejan bastante libertad» para pasear, aunque sus aficiones en el pasado, recuerda, eran bien distintas. Partidos de tenis y fútbol acaparaban su tiempo libre.

Las vacaciones del ministro ya han terminado y los incidentes en Melilla también. Al menos eso es lo que asegura, ya desde España, el titular de Exteriores.


Preocupado más por Coreaque por Melilla
El ministro de Exteriores aseguró ayer que los incidentes ocurridos en la frontera con Marruecos en Melilla no pueden ser calificados de «conflicto» o «crisis» bilateral, ya que considera que un verdadero conflicto entre dos países es el que ocurrió hace unos meses en la península coreana, cuando Corea del Norte bombardeó y hundió un barco de Corea del Sur. Moratinos dijo que «hay que poner cada cosa en su lugar» y que un conflicto o una «situación de elevada tensión» son términos «muy fuertes en las relaciones internacionales», y que el caso de las dos Coreas sí se trató de una «crisis», según dijo a RNE y la Cadena Ser