África

El Cairo

El presidente Saleh escapa al bombardeo de su palacio

La crisis en Yemen alcanzó ayer un punto de inflexión después de que el presidente del país, Ali Abdalá Saleh, resultara herido en un ataque directo contra su residencia, en la capital, Saná.

El ataque al palacio provocó una intensa columna de humo
El ataque al palacio provocó una intensa columna de humolarazon

Después de la confusión inicial y de los rumores sobre la muerte del mandatario, el Gobierno aseguraba que éste había sufrido sólo «rasguños» y se recuperaría pronto, pero muchos desconfían de esta versión oficial ofrecida por su viceministro de Información. Poco después, el propio Saleh pretendía despejar las dudas con una grabación de voz emitida por la TV pública junto a una foto del presidente, que no hizo sino aumentar las especulaciones sobre su estado de salud. Éste acusó del ataque contra su palacio a Sadiq Al Ahmar, el líder tribal que está desafiando al presidente y cuyas fuerzas han estado combatiendo con las tropas del régimen en las calles de Saná desde la semana pasada, pero éste había negado anteriormente la autoría del ataque con cohetes de mortero, que impactaron principalmente en la mezquita del mismo, coincidiendo con el rezo del mediodía, el más importante de la semana para los musulmanes.
Allí se encontraban varios altos cargos gubernamentales, siete de los cuales habrían muerto, según aseguró Saleh en su mensaje.

La fuerza y precisión del asalto indican que tuvo que ser llevado a cabo por un grupo organizado y equipado, quizás una unidad desertora del Ejército, que está empezando a desintegrarse. Éste llegó poco después de que varias sedes del clan Al Ahmar fueran bombardeadas por las fuerzas gubernamentales en Saná, donde la violencia no se detiene y se extiende ya más allá del barrio de Al Hasba. Allí, en los alrededores de la residencia de Sadiq, se originó hace dos semanas, en las que han muerto más de 150 personas, aunque las víctimas podrían ser muchas más debido al uso de artillería pesada en áreas densamente pobladas. Cincuenta mártires fueron honrados ayer por la mañana en un cortejo fúnebre en el centro de Saná, donde, un viernes más y de forma pacífica, los manifestantes volvieron a pedir la marcha del presidente Saleh, cuya negativa a dejar el poder después de tres décadas ha llevado al país al borde de una guerra. Esta semana, Saná ha sido escenario de intensos choques, especialmente en las horas nocturnas, pero los disparos y las explosiones se escucharon ayer durante todo el día y, al cierre de esta edición, la ciudad se preparaba para una de sus noches más violentas e inciertas, sin que el presidente Saleh haya aparecido en público.

Sadiq «El rojo»
Sadiq Al Ahmar es el líder de la federación tribal Hashid, que agrupa a los clanes más potentes de Yemen, incluido el del propio presidente Saleh. Poco después del comienzo de las revueltas, retiró su apoyo a Saleh, que nunca gozó de su lealtad ciega y se unió a los manifestantes, aunque eso no significa que busque la democracia: sus intereses son aún oscuros, pero representa la principal amenaza para el mandatario yemení.