Londres

«Ha sido como volver a inaugurar la T-4»

«Llevo cuatro años trabajando aquí y nunca había visto nada igual». La imagen de las entrañas de la Terminal 4 «totalmente vacía» de pasajeros se quedó grabada en las retinas de muchos trabajadores del aeropuerto. «Ha sido una sensación muy extraña, parecía que lo hubiésemos tenido que desalojar por algo

Las zonas de embarque permanecieron desiertas durante la crisis mientras que el resto de los espacios estaban desbordados
Las zonas de embarque permanecieron desiertas durante la crisis mientras que el resto de los espacios estaban desbordadoslarazon

Hoy –por ayer– comentábamos entre nosotros que parecía como si estuviesen inaugurando otra vez la terminal, pero sin políticos cortando cintas», comentaba en tono jocoso. Y es que después de dos días de auténtico caos, el aeropuerto más importante de España volvía a recuperar su ritmo habitual. Hasta las siete de la tarde de ayer operaron en el aeródromo madrileño 657 vuelos de los 1.066 programados. Según fuentes de AENA, otros 67 vuelos (un 6,3 por ciento) fueron cancelados. Pero los «afortunados» que ayer consiguieron una plaza disponible, lo fueron sólo a medias porque la mayoría de los pasajes tenían unos precios de infarto. Esto se debía, en parte, a que la mayoría de los afectados del viernes y el sábado «arrasaron» con las plazas disponibles en clase turista y en muchos vuelos sólo quedaban disponibles plazas para volar en «business». Por ejemplo, ayer fue imposible adquirir un pasaje a Londres por menos de 1.000 euros. «Llevo horas de espera interminables, me da igual el precio», comentaba una turista inglesa, que llevaba casi 72 horas deambulando por distintas ventanillas de la T-4. Casi tres días que han sido difíciles para todos, ya que muchos trabajadores del aeropuerto han tenido que hacer frente a situaciones poco habituales.

«Aunque no hubiera vuelos, no hemos estado de brazos cruzados. Dado lo inusual de la situación, hemos tenido que resolver problemas complicados», explica este trabajador. «Por ejemplo, pasajeros que aterrizaban sin visado porque tenían vuelos en conexión y, en teoría, no pueden salir de la zona de embarque. Pero si el siguiente vuelo no sale, tienes que gestionar que esa persona pueda salir fuera y darle la posibilidad de dormir en un hotel, aunque no traiga visado».