España aportará 15600 millones al nuevo rescate griego

BRUSELAS/MADRID- «Las decisiones del 21 de febrero son, desde el punto de vista económico, las más importantes después de la Segunda Guerra Mundial». Así de contundente se mostró el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, a la hora de evaluar el acuerdo alcanzado en la madrugada del martes en Bruselas por los ministros de Economía de la zona euro para desbloquear el segundo rescate para su país.

Tras trece horas de negociación que estuvieron a punto de acabar en drama debido a la oposición de la banca privada de aumentar su factura, los Diecisiete pudieron dar luz verde a la salida de los 130.000 millones de euros, que vienen a sumarse a los 110.000 millones del primer rescate. España aportará unos 15.600 millones, el 12% del segundo paquete de ayudas, que se aprobó con la incertidumbre de los ministros sobre si el esfuerzo será suficiente.

El ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, señaló que Grecia seguirá a pesar de todo «en su tragedia», pero el paquete aprobado supone «un avance importante» respecto a la situación actual porque aísla la crisis griega del resto de la UE pues viene acompañado de un compromiso para incrementar de manera definitiva el fondo de rescate.

Según explicó el ministro de Economía español, Luis de Guindos, la idea es sumar los 500.000 millones que tendrá la facilidad permanente que entrará en vigor en julio próximo, con el restante del fondo de rescate actual. «Lo importante es que no se tengan que utilizar y produzcan un efecto disuasorio para evitar el efecto contagio», señaló.

Después de conseguir que Atenas cediera soberanía para someterse al control de sus socios internacionales, el punto más conflictivo fue la negociación con el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), encargado de fijar la participación voluntaria del sector privado en el rescate. Al final, los acreedores cedieron a las amenazas de Alemania y Países Bajos de una quiebra total de Grecia.

Durante una rueda de prensa al filo de las 5 de la madrugada, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, explicó que los acreedores privados de Grecia tendrán que asumir una quita del 53,5% del valor nominal de los bonos helenos. El canje se iniciará el 8 de marzo y establecerá unos tipos del 2% entre 2012 y 2015, de entre el 3% y el 4% hasta 2020 y del 4,4% después de 2020.

La eurozona también ha decidido rebajar los intereses que cobra Grecia por los préstamos bilaterales concedidos desde 2010 a 150 puntos básicos por encima del euribor durante el conjunto del tiempo de los préstamos (frente a los 200 y 300 actuales). Ello reducirá las necesidades de financiación a los 1.400 millones.

Al final, la banca ha aceptado pérdidas sobre la deuda griega de hasta el 53% del valor nominal de los bonos, en lugar del 50% que se había pactado inicialmente. Ello significa que el sector privado perdonará a Grecia alrededor de 106.000 millones de euros, lo que supone que la quita real pasa en realidad del 70% al 75%.

Los mercados reaccionaron con descensos –«comprar con el rumor y vender con la noticia»– y Europa se dejó un 0,3% de media, aunque por la mañana registraron avances. Las primas de riesgo se relajaron y el diferencial de España cayó hasta los 312,5 puntos básicos, un 2,11% menos.

El Tesoro prolonga su idilio con el mercado
El Tesoro español colocó ayer 2.500 millones de euros en Letras a tres y seis meses con una demanda de 15.000 millones por parte de los inversores, seis veces el capital colocado. Además, los intereses ofrecidos en ambos vencimientos se redujeron sustancialmente y cayeron por debajo del 1%, el coste más bajo en dos años. En concreto, el Estado captó 1.736,42 millones a tres meses con un rendimiento marginal del 0,44%, un 67% más barato que el 1,33% anterior. A seis meses, el Tesoro colocó 764 millones a un interés del 0,78%, un 59% por debajo del 1,9% precedente. El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que el «éxito» de la subasta de Letras se debió al rescate griego y a la «mayor confianza» en la política económica del Gobierno de Mariano Rajoy.