Ópera sin magia

«Tosca»
De Puccini. Voces: Elisabete Matos, Aquiles Machado, Joan Pons, Francisco Santiago, Valeriano Lanchas. Dir. escénica: John Dew. Dir. musical: M. A. Gómez Martínez. Auditorio Jardines del Castillo de Peralada

La propuesta escenográfica de John Dew para la ópera de Karlsruhe pretende convertir este popular drama verista de Puccini en una crítica del poder religioso en Roma. Por este motivo Scarpia no es un cruel y despótico jefe de policía sino un corrupto obispo. Así, las imágenes religiosas de Sant' Andrea del Valle permanecen en la escena a lo largo de toda la obra en una puesta en escena sencilla pero hasta cierto punto vistosa en los dos primeros actos, pero que en el último pierde toda credibilidad.

El fusilamiento imaginario de Cavaradossi y la muerte de Tosca producen una sensación de que las elucubraciones estéticas e intelectuales de Dew exceden a tan limitada producción. El reparto en cambio fue mucho más sólido sorprendiendo gratamente el debut del tenor Aquiles Machado como un Cavaradosi emotivo y de cuidado fraseo que lució un físico bastante estilizado. La soprano Elisabete Matos posee una voz importante y de gran proyección que en principio parece muy adecuada al personaje, pero en demasiados momentos la voz sonó dura y con falta de armónicos, aunque se «Vissi d'arte» fue de bastante calidad como así lo reconoció el público del Festival. Joan Pons se conoce todos los recovecos del malvado personaje de Scarpia y a pesar de un cierto encorsetamiento en esta interpretación debido al carácter religioso de esta puesta en escena, su actuación fue muy aplaudida gracias a una emisión homogénea y firme que Pons domina todavía con magistral conocimiento. La dirección de Gómez Martínez ofreció una lectura equilibrada y profunda de la partitura con una Orquesta de la Comunidad de Madrid de cuidada sonoridad, empaque y calidad, pero con una lentitud agobiante que se tornó aburrida. Lástima, ya que se trata de un excelente director, pero su visión hizo mella en los espectadores que se perdieron la vitalidad y parte de la magia de la obra pucciniana.