Barcelona

La hora de los presupuestos

La hora de los presupuestos
La hora de los presupuestoslarazon

BARCELONA– Han pasado72 días desde que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, expuso el borrador de los presupuestos de 2012, un plan para ahorrar 1.000 millones de euros, que incluía tasas más caras, la privatización de empresas públicas catalanas y la reducción del sueldo de los empleados públicos. Aquel 22 de noviembre, hacía dos días que CiU se había proclamado ganador en Cataluña de las elecciones generales, y Mas no tuvo reparos en decir que se sentía avalado por las urnas para seguir adelante con sus planes de austeridad.

Aunque se esforzara por explicar que las medidas pretendían evitar un nuevo tijeretazo –al final los departamentos de Salud y Enseñanza han sufrido un recorte de cerca del 5 por ciento de su gasto–, el anuncio irritó a los ciudadanos y, sobre todo, a los funcionarios, desde médicos y maestros a mossos d'esquadra y bomberos. Desde que Mas anunció sus planes para el presupuesto de 2012, han salido una decena de veces a la calle. La manifestación más multitudinaria, pese a la amenaza de frío siberiano, fue hace dos semanas, cuando 150.000 personas marcharon desde la plaza Universitat al Parlament para protestar contra unas medidas de «regresión social».

La Generalitat inició la negociación de los presupuestos a tres bandas, con el PSC, ERC y el PP, en quien más confiaba y con quien ha acabado entendiéndose, como hizo en 2011. Si en 2011, los populares apenas tocaron las cuentas, en esta negociación se han mostrado más exigentes, han rebajado la subida fiscal –el euro por medicamento recetado y la tasa turística– y reclaman un pacto más allá de los presupuestos. Un «acuerdo político» en forma de medidas anticrisis como una ley de emprendedores o una ley de transparencia, que implica revelar los sueldos de los cargos, a lo que CiU se muestra reacio. El año pasado, le bastó con ganar visibilidad en Cataluña, ya fuera gobernando en Badalona, Castelldefels y la Diputación de Barcelona, con el visto bueno de CiU, o interpretando el papel de «muleta» del Govern.

La escenificación
La negociación de los presupuestos de 2012 entre CiU y PP no empezó con buen pie. A los populares les molestó que los nacionalistas votaran en contra de la investidura de Mariano Rajoy. CiU hizo olvidar el berrinche a los populares al votar a favor de los primeros recortes de Rajoy. El PP le devolvió el gesto retirando las enmiendas a la totalidad de los presupuestos y la ley de acompañamiento, lo que permitió a las cuentas seguir su camino hasta el pleno de pasado mañana, donde se votarán definitivamente las cuentas. Artur Mas y Alicia Sánchez-Camacho que han intervenido directamente en la negociación escenificarán esta semana el pacto. Si bien el PP resulta un socio «incómodo» para la «transición nacional» de CiU, en lo económico se entienden. Mas y Oriol Pujol han lanzado este fin de semana un guiño a la reforma laboral emplazando a los críticos a presentar una alternativa.

 

Cronología
22 de noviembre

Dos días después de las generales, Artur Mas comparece para exponer el borrador de los presupuesto de 2012, que recoge un plan para ahorrar 1.000 millones que implica subir tasas y rebajar el sueldo a los funcionarios.
20 de diciembre
El conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, presenta los presupuestos de 2012, que ascienden a 29.727 millones de euros. PP, ERC y el PSC se abren a negociar. Antes avisan de que «son muy mejorables».
17 de enero
El PP ayuda al Govern en el primer trámite de los presupuestos. El apoyo de CiU a las primeras medidas económicas del Gobierno de Rajoy es clave. PP y CiU tumban las enmiendas del resto de la oposición y dan aire a las cuentas.
15 de febrero
Se aprobarán las cuentas de 2012, casi seguro, con la abstención del PP.

 

Las contrapartidas
Igual que sucedió en 2011, CiU, con 62 diputados en el Parlament de un total de 135 necesitaba un socio para sacar adelante las cuentas. Tras cambiar sus respectivas cúpulas, ERC y el PSC tendieron la mano a los nacionalistas, aunque CiU, por afinidad en política económica, contaba con volver a pactar con el PP. Pero los populares se han mostrado más exigentes que en 2011, cuando se conformaron con contrapartidas extrapalamentarias, como que CiU le diera luz verde para gobernar en Badalona y Castelldefels, y entrar en el ejecutivo de la Diputación de Barcelona. El PP ha tenido que escenificar una negociación tensa y extensa para responder ante sus votantes por qué apoya una subida de tasas. Presionado por los empresarios, logró rebajar la tasa turística, que se aplicará en noviembre, y la farmacéutica. Como contrapartida obtiene recortes en los presupuestos del Memorial Democrático, TV3 o las «embajadas».