Bilbao

El independentismo catalán marca la campaña vasca

El PNV cuenta con recuperar Ajuria Enea, aunque no sabe con qué socio. Los abertzales de EH Bildu aspiran a ser la segunda fuerza en el País Vasco

Iñaki Oyarzabal, Antonio Basagoiti y Arantza Quiroga, anoche en Bilbao
Iñaki Oyarzabal, Antonio Basagoiti y Arantza Quiroga, anoche en Bilbaolarazon

BILBAO- Todos los partidos vascos, incluido EH Bildu, habían planeado una campaña electoral de talante moderado, en la que las propuestas para salir de la crisis restaran protagonismo a los debates identitarios. Pero la deriva independentista del nacionalismo catalán ha trastocado todas las estrategias, porque los nacionalistas vascos no quieren quedarse en segundo plano respecto a los catalanes y los socialistas, que tan cómodos estaban siguiendo las políticas de sus antecesores en Ajuria Enea, han tenido que reaccionar y sumarse a las advertencias del PP en el sentido de que tras los mensajes pragmáticos del PNV había un proyecto de presentar una nueva propuesta soberanista al Parlamento vasco al final de la próxima legislatura.

En esta campaña, el PNV da por hecho que volverá a Ajuria Enea, aunque no tiene predeterminado en qué partido se apoyará para mantenerse en el poder. Cuenta con que el PSE siempre ha querido tenerle de socio; con que el PP le apoyaría con tal de que no busque el respaldo de los proetarras y con que éstos no tendrían ningún problema en reeditar un pacto como el que firmaron durante la primera legislatura de Juan José Ibarretxe.

Los socialistas se juegan convertirse en un partido marginal en el País Vasco, donde no han rentabilizado su paso por Ajuria Enea. El fin de la hegemonía del PNV, aunque no vaya a ir más allá de un paréntesis, ha tenido efectos muy positivos en la sociedad vasca, pero, según las encuestas, esto nadie se lo va a agradecer al PSE y tampoco el PP, que posibilitó, sin contraprestaciones partidistas, la alternancia en el poder.

Además de desarticularse las redes sociales nacionalistas, aunque no totalmente, porque el PNV sigue manteniendo el control a través de la Diputación de Vizcaya, la alternancia en el poder ha despolitizado a la sociedad vasca.

En estas elecciones, el PP está preocupado por entrar en la primera división de la política vasca, a la que se asomó, tras décadas de ostracismo, al inicio de la legislatura que ahora concluye, con su simbólica entrada en la Presidencia del Parlamento vasco. Sus votantes han interiorizado que, a través de una política de pactos pueden hacer más por sus intereses cotidianos, como evitar la imposición del euskera, que combatiendo en las trincheras políticas.
Los proetarras aspiran a convertirse en la segunda fuerza política para presionar las políticas de un futuro lendakari del PNV. Como cuentan con sus convencidos, han intentado mostrarse moderados en la precampaña. Sin embargo, tras la ofensiva nacionalista catalana, tomaron la iniciativa de imponer el euskera en el trato con la Diputación de Guipúzcoa.

Análisis: EHBildu, detrás del PNV
Con una horquilla de 23/25 escaños, el PNV se mantiene como partido más votado en la evolución del tracking electoral de NC Report para LA RAZÓN. Respecto a 2009, el 74% de los que dirigieron su voto a la formación nacionalista –que no ha rechazado aliarse con ningún partido– repetiría en esta ocasión. Lo significativo estaría en el porcentaje restante, que o bien se abstendría o colocaría a la coalición abertzale EH Bildu en segundo lugar, con 22/24 parlamentarios, desplazando al PSE-EE-PSOE al tercer escalón, en un ratio que va de 14 a 15 escaños. El PP seguiría como cuarta fuerza más votada, con 11/13 escaños. En las últimas semanas, todos los partidos han avanzado en votos, incluido UPyD.