Historia

Feria de San Isidro

Bous sí toros no

La Razón
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El cinismo de algunos es sólo equiparable a su nivel de caradura. Sobre todo cuando defienden posiciones tan impresentables como la de prohibir la fiesta de los Toros pero permitiendo y blindando los Correbous, otra fiesta como la anterior en la que al animal se le persigue y fustiga, se le ensoga y vocea, se le encienden los cuernos y apalea, se le corretea con crueldad y hiere de manera que en no pocas ocasiones el «bou» vomita sangre e incluso muere. En realidad acaban muriendo todos tras celebrarse el festejo, pues quedan tan tocados que su único destino posible es el matadero.

Pero hay una diferencia importante entre una cosa y la otra. Uno se llama «bou», y el otro «toro». Exactamente lo mismo, pero en catalán y en castellano. De manera que el maltrato con denominación en lengua catalana es no sólo permitido sino blindado incluso por el Parlamento de Cataluña, escenario patético estos días de un bochornoso espectáculo de segregación por razones puramente ligüísticas o identitarias. Se admite aquello que se considera catalán, aunque en el fondo se trate de una fiesta tan dura y cruel como pueda ser la de los Toros. Con algunas diferencias bien visibles.

Por ejemplo: mientras que al «bou» lo maltrata una multitud, lo otro es el enfrentamiento de un hombre contra un toro. Cierto que es un espectáculo cruel, como lo son todos los deportes que incluyen la participación de animales, entre ellos la caza y la pesca. Pero en los Toros un animal de 600 kilos y afilados cuernos se enfrenta a un hombre armado con un pedazo de trapo rojo. El animal muere, es verdad, pero el torero expone su vida, y prueba de ello es la larga lista de diestros, picadores y banderilleros muertos o heridos de gravedad a lo largo de la historia. Se puede sostener que tal espectáculo es rudo y sangriento, aunque tampoco se le debe negar esa connotación épica y artística que ha inspirado a decenas de poetas, pintores, escultores y cantautores. Lo que en ningún caso se ha de sostener, como hicieron con gran hipocresía los parlamentarios de CiU y ERC, es que en los Toros se maltrata al animal y en los Corre-bous, no. Eso es sencillamente falso y mienten quienes lo sostienen. Y es muy sospechoso que algunas de las asociaciones animalistas que atacan a los Toros se hayan tapado la boca en este caso. ¿Por qué no están ya ocupando la calle para denunciar a ERC y CiU?

Ha quedado bien claro, por si alguien tenía alguna duda, que aquí de lo que se trataba era de eliminar los Toros por españoles, y que el sufrimiento de los animales es en realidad una simple excusa. Prohíben los Toros porque se llaman Toros, en castellano. Si fueran «Bous» serían perfectamente legales en Cataluña, e incluso habrían sido protegidas por estos presuntos defensores de los animales que se escandalizan cuando José Tomás se enfrenta a un toro en la Monumental pero no dicen nada la noche en que una multitud armada con piedras y trancas tortura a un «bou» atado y ensogado, perseguido mientras le queman los cuernos, sacrificado finalmente en el matadero después de una brutal persecución.
Eso no es maltrato animal. Lo de los Bous es arte popular. El maltrato sólo está en los Toros. Principalmente, por españoles.