Cataluña
ETA exige a España que deponga las armas sin entregar las suyas
Una plaza pública de la localidad de Ciboure fue «cerrada» para el homenaje al etarra fallecido Jon Anza.
ETA trata de esconder su debilidad operativa, fruto de la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, con bravuconadas y, como ocurrió ayer en una localidad francesa cercana a la frontera, con la aparición de tres miembros de la banda encapuchados y «uniformados», que dieron lectura a un comunicado. El acto, que se celebró en Ciboure, en homenaje al terrorista Jon Anza, muerto por causas naturales cuando transportaba una importante cantidad de dinero de la banda, tuvo lugar en una plaza que fue «cerrada» por los organizadores para que los medios de comunicación no pudieran estar presentes. En estas circunstancias, la única versión conocida es la que ofreció ayer el diario «Gara».Con boina y blusón negro Uno de los pistoleros, que llevaban boina y vestimenta oscura, con el escudo del País Vasco que utiliza ETA y su anagrama, dio lectura al mensaje en el que se exige a España y Francia que «depongan las armas» sin que la banda tenga que hacer lo propio con las que tiene para cometer atentados. Como en anteriores comunicados, los terroristas muestran su disposición a solucionar «el conflicto político y armado por vías justas y democráticas», sin ningún tipo de concreción sobre la fecha en la que piensan abandonar las actividades criminales.Lecturas urgentes de lo publicado en «Gara» llevaron a algunos medios a destacar novedades en el texto. No es así. En el comunicado del 10 de marzo, publicado un mes después de que fuera descubierta la «base logística» que la banda tenía en Portugal y abortado el intento de montar una fábrica de explosivos en Cataluña, ETA decía que renovaba su «voluntad de solucionar el conflicto. Nuestro deseo es alcanzar una formulación consensuada para que los ciudadanos vascos decidamos nuestro futuro sin ningún tipo de límite ni injerencias». El 4 de abril, aseguraba que su intención era «superar el choque mediante la confrontación democrática, sin violencia, límite o injerencia», aunque en este caso advertía que una tregua ("desactivación de la respuesta armada", la llamaba) no soluciona el conflicto». La justicia y la democracia, en el lenguaje de la banda, significa que se les dé lo que piden sin que ellos tengan que dejar de existir. Por si había alguna duda, el encapuchado dijo que «ni Jon (Anza) ni el resto de caídos en la lucha han dado su vida para que continúe la imposición».En el comunicado de ayer, ETA afirma que «Euskal Herria está a las puertas de vivir un periodo de cambio, para poder recuperar su propia voz. Hoy es una opción que se siente cerca y que es posible lograr». A la espera de conocer el texto completo, esta afirmación parece más una expresión de voluntarismo, destinada a su militancia y a ganar tiempo para continuar con la reorganización interna, que un reflejo de la realidad. El objetivo de la banda es colar sus candidaturas en las elecciones municipales y forales del año que viene.Las gestiones no van por buen camino, ya que el Gobierno, con el apoyo del Partido Popular, ha mostrado su voluntad de cerrar las puertas a nuevas trampas. Hasta ahora, los proetarras sólo han conseguido atraer a Eusko Alkartasuna, que se veía fuera de las instituciones por el escaso apoyo popular que tiene, si acudía en solitario a los comicios.Durante el acto, una mujer que, según «Gara», hablaba en nombre de la «izquierda abertzale», culpó de la muerte de Jon Anza al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y a la que ocupaba ese puesto en Francia en el momento de la desaparición del terrorista, Michèle Alliot-Marie.«Romper los muros»Durante su discurso, utilizó una cita de José Miguel Beñarán, «Argala», destacado cabecilla de la banda de la década de los setenta, muerto en un atentado perpetrado por un grupo irregular de lucha contra ETA. Hablaba sobre la necesidad de que sea el pueblo vasco el que protagonice su propia emancipación: «Vamos a por ello, desde la activación del pueblo. Vamos a romper los muros de la situación de excepción y de negación, y vamos a ganar la autodeterminación». Los asistentes corearon el grito de «Gora ETA militarra» («Viva ETA militar»). Los partidos políticos denunciaron lo ocurrido en Francia, como el portavoz del PP, Leopoldo Barreda. Subrayó que en Ciboure «se jaleó a ETA, se homenajeó a un etarra y se mostraron orgullosos de la trayectoria criminal de ETA».
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