«Atrapados en Chernóbil»: Radiaciones de terror

Es cierto: esa zona de Chernóbil devastada por las radiaciones podría haber sido el escenario perfecto para desarrollar una potente película de terror, el problema reside en que Bradley Parker y sus guionistas andan un poco cortos de ideas originales, han visto demasiadas películas de zombies y sienten devoción por los vídeos y la icónica «El proyecto de la bruja de Blair». Un puñado de jóvenes turistas decide dar una vuelta por la tristemente famosa central nuclear liderados por un rudo ex militar botas del uniforme incluidas que lidera una agencia de viajes extremos. Así, montados en una destartalado camión, se adentran en una ciudad muerta de la que sus habitantes tuvieron que huir sólo con lo puesto pero que, temen, no está vacía del todo por mucho que insista el guía. Quien, pobre tipo, desaparece durante una movida noche de perros y personajes deformes. Buena parte de los tópicos de la «horror movie teen» acechan a la cinta, incluido que el automóvil no arraque cuando debe. Y, acertaron, los protagonistas van desapareciendo misteriosamente del mapa uno detrás del otro. Lástima que, repetimos, la capacidad de sorpresa casi no exista. Más miedo que la historia da, al cabo, caer en la cuenta de que aquello sucedió de verdad.