Actualidad

Roban 6000 euros en joyas a una anciana de Jerez haciéndose pasar por técnicos de Urbanismo

Una pareja de hombres ha robado joyas valoradas en 6.000 euros a una vecina de Jerez de la Frontera (Cádiz), viuda y de 83 años, en su propia casa, haciéndose pasar por técnicos de Urbanismo tras advertirle de que tenían una orden de supervisión y medición de su vivienda amparándose en la antig~edad de la misma.

Según ha indicado a Europa Press la víctima del robo --que no ha sufrido ningún daño físico ni llegó a temer por su integridad-- los hechos ocurrieron la pasada semana, cuando se encontraba viendo la televisión hacia las 15,30 horas en una casa de vecinos de su propiedad de la calle Evora, en el centro del municipio jerezano, y su vecina e única inquilina de la planta de abajo le avisó de que dos técnicos de Urbanismo se dirigían hacia su casa, tras haberle preguntado por su marido fallecido.

Tras abrir la puerta, los dos hombres, "muy bien arreglados, con unos 24 años el más joven y 55 el otro"y que, por el acento, "parecían de aquí", le mostraron "muy rápido"una carpeta con documentos asegurando que venían de Urbanismo, interesándose "expresamente"por dónde estaba su habitación y pedirle que les ayudara a medir.

Después de mostrarle su vivienda y comprobar el modo "tan raro"en el que realizaban las mediciones, esta vecina comenzó a sospechar después de que el hombre más joven "no se apartara de mí ni me dejara moverme", mientras el otro avanzaba hacia el interior del inmueble, por lo que un cuarto de hora después les pidió que se marcharan y que vinieran por la tarde cuando estuviera su hijo con ella.

Según ha relatado la víctima, que ha denunciado los hechos en Comisaría, nada más irse se percató de que le habían robado y se dirigió a su habitación, donde comprobó que le habían sustraído varias cadenas y medallas de oro "macizo"de su joyero, así como pulseras que guardaba en uno de los cajones de su mesita de noche que le había regalado su marido por su cumpleaños.

Se da la circunstancia de que su marido, ya fallecido, era propietario de una joyería situada en el mismo edificio de su vivienda y que en la actualidad regenta su hijo, por lo que su viuda tiene claro que los ladrones "lo tenían todo estudiado, sabían a lo que venían y a las horas a las que tenían que hacerlo".