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Tu propio ordenador te vigila
Workmeter mide la productividad y el tiempo que se pierde en el trabajo.
Fin a la era de las prohibiciones. Se acabó el fichar o encontrar el ordenador de la empresa bloqueado o sin programas interesantes. Usar Facebook, Twitter o whatsapp en la oficina ya no está mal visto. El «miedo» a que el jefe «pille» al empleado leyendo webs de prensa deportiva o chateando por messenger ha desaparecido. Así de claro (y de chocante) se muestra el empresario catalán Joan Pons, creador del software Workmeter, con menos de un año en el mercado. El programa mide las horas en las que el empleado realmente trabaja y las que «pierde el tiempo» en redes sociales o páginas webs. Algunos sectores, al saltar la noticia, montaron en cólera aludiendo a un estado de vigilancia en las empresas. Se habló del espía del trabajador, de la fiscalización del tiempo laboral, de ataque a la intimidad. Pons pide calma y afirma que el programa sirve para todo lo contrario.
Transparencia
El lema es la transparencia. «Hay que cambiar el viejo sistema de la presencialidad y sustituirlo por la productividad», comienza su explicación el empresario. «No es necesario pasar tantas horas en la mesa de trabajo. A veces no trabajamos bien, no rendimos, y esto se debe a que no estamos motivados, inspirados. Ese día, uno podría irse a su casa, descansar, atender ese problema que le desconcentra y, por la noche o a la mañana siguiente, cuando sea, sacar el ordenador y dedicarle unas horas mucho más efectivas», comenta desde Barcelona. «La base de la idea es que las personas seamos conscientes de cómo manejamos nuestro tiempo. Cuando un trabajador no rinde no es por mala fe», agrega.
«¿Quién no firmaría por tener más libertad (en su horario) y al tiempo demostrar que es bueno en lo suyo?», pregunta el inventor de Workmeter, herramienta ya cotidiana en 300 empresas, con 5.000 usuarios y una oficina recientemente abierta en Dallas, EEUU. «Dejemos de tratar a nuestros empleados como niños», reivindica. Una de las ventajas del sistema, destaca Pons, es la conciliación laboral. «Hemos tenido casos de directivos separados que querían recoger a sus hijos del colegio para poder verlos más. Uno decidió dejar su despacho de 16.30 a 19.00 a diario. Cuando los dejaba con la madre, en casa avanzaba todo el trabajo del día».
El fomento del teletrabajo es otro de los objetivos de Pons. La actual reforma laboral aborda esta nueva fórmula de productividad, ya instaurada con éxito en países como en EE UU. El ahorro, remarca el inventor, es increíble, más de 100 euros a la semana. «Se deja de comer fuera, de usar transporte (con lo caro que está el gasóleo), teléfono de oficina... Además se es más respetuoso con el medio ambiente, uno duerme más horas, gasta menos en medicinas para el dolor de cabeza», enumera. «El punto a alcanzar es la autogestión, es la forma de demostrar a otros el trabajo que se hace. Los empleados trabajan menos horas pero rinden más», añade.
Pons cuenta un caso real: una empresa media iba a despedir a una empleada porque se pasaba todo el día en Facebook. Tras instalar Workmeter se demostró que le dedicaba al programa de trabajo (debía introducir datos en informes públicos) el mismo número de horas que sus compañeros. Workmeter demostró que la chica se dejaba el Facebook abierto cada mañana, aunque no lo usaba más de 10 minutos al día. Como la web se va actualizando parecía que lo usaba, pero no era verdad. La chica sigue en la empresa», cuenta.
Reconoce que el software también sirve al responsable del departamento para saber quien produce más y quien menos. «No hay nada negativo en saber cuánto trabajamos». El catalán insiste en que en España se trabaja mucho y bien. «Más de lo que piensan otros países europeos», subraya. El problema es que se rinde menos. «Nosotros tendemos a sociabilizar más, hablamos con unos con otros, nos interrumpen... En algunas empresas se dice que trabajan 12 horas y hemos comprobado que absolutamente nadie hace más de ocho».
El empresario no puede dejar de reconocer que «la picaresca en España también es mayor que en otros países», por eso programas como Workmeter, que se instala en cada ordenador de forma individual, pondría las cosas en su sitio: mostraría quien actúa bien y quien trata de engañar. La privacidad está garantizada: «No se hacen capturas de pantalla como en otros softwares. Simplemente medimos las horas en las que el usuario interactúa con cada aplicación. Si ha estado tres horas usando Word o Excel o cualquier programa de trabajo o si, por el contrario, ha estado en Marca y Facebook». Ya son muchas las compañías españolas que han optado por este sistema de mapa de productividad. Destaca Privalia, que asegura haber aumentado su productividad en un 30%, y varias administraciones públicas. «Basta de meter broncas a la gente y de estrés innecesario para los directivos. Esto es como en «tomtom» de los coches. Te indica la dirección adecuada, el camino más directo, sin rodeos ni pérdidas de tiempo y dinero».
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