Literatura

Literatura

OPINIÓN: Tanta realidad

La Razón
La RazónLa Razón

No ha sido una sorpresa que Michel Houellebecq (La reunión, 1956) obtenga el Premio Congourt, ni que Virginie Despentes (Nancy 1969), reciba el Renaudot, ambos han sido persistentes, han crecido con sus libros, y han terminado por imponer una «cierta mirada»; cruda, descarnada, limpia (sin poses), sobre el mundo en el que viven. Dos autores cercanos que con sus novelas, «El mapa y el territorio», como debería traducirse en castellano, (Flammarion), y «Apocalipsis bebé», (Grasset), han logrado imponerse entre un grupo de autores con propuestas sólidas, caso de Olivier Adam. Houellebecq puede ser chocante, provocador, insultante, a veces. Y asustar a algunos lectores.

Capacidad de soñar

Su mirada es desesperada, no solo nos habla de una posible desaparición del arte, en medio de un paisaje desolador donde el amor, y todo lo que se considera humano, será un ejercicio de mercadotecnia, sino porque habremos perdido nuestra capacidad de soñar y representar con el lenguaje. En la novela de Houellebecq existen muy poco momentos de luminosidad (tal vez algunas escenas con el padre, y eso), Jeff Koons, artista plástico, es un hombre que ha alcanzado el éxito, siempre solo y desvalido afectivamente, Houellebecq, que aparece como personaje, es un hombre agotado, encerrado en su casa, rodeado de objetos (su única compañía), quien ha de morir (con un lujo de detalles terribles) anunciando con bombo y platillo una verdadera «muerte del autor» (tal como lo anunció Roland Barthes). «Muerte del autor» porque la vida parece una pantomima, o una tragicomedia de mal gusto. Así, Houellebecq se ubica en una larga tradición de escritores franceses nostálgicos, conservadores, y pesimistas como François Mauriac, Richard Millet, o Drieu la Rochelle. La vida en la tierra es un infierno, y no hay salida.

Virginie Despentes, no es más concesiva. Si Apocalipsis bebé es una novela realista, de corte policial, es porque la sociedad en que ella vive es también una «sociedad policial», castigadora y que crea constantemente marginados. Es un análisis delicado de la vida de una mujer en medio de la jungla contemporánea, deshumanizada e inclemente con las mujeres; otro canto del cisne.
NdA: Todas las citas y títulos son mis traducciones.